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las carTas al direcTor en Tiempos de censura
“También está el P. Couturier, y el P. Cocagnac y un Padre Franciscano...
Y acabo de leer que una monja, guitarra en mano, ha empezado a cantar. Y
esto es lo que ya me parece excesivo. Lo que fue una experiencia algo más
que simpática, corre peligro de convertirse en un desastre: toda una legión
de curas, frailes y monjas, guitarra en ristre, cantando por esos mundo (sic).
No, no estoy de acuerdo. Me parece poco serio. Todo hombre aunque sea
sacerdote, tiene derecho a una guitarra y a una voz agradable y a una talen-
to capaz de sacarse canciones de la manga. Pero a lo que no tiene derecho
es a usar de todo eso en un escenario a no ser como excepción, que eso era
el P. Duval. Convertir la excepción en norma general..” (B. M. HERNAN-
DO, “Guitarra en mano”, El Ciervo, 109: 11).
Por su parte, los sectores progresistas dentro de la Iglesia disponían
también de un espacio para la denuncia de actitudes y comportamien-
tos conservadores y aun reaccionarios. La influencia del Concilio
Vaticano II también se dejó sentir en esto:
“Se trata de esto: ha caído en mis manos un indigno panfleto, distribuido
en Roma a los Padres Conciliares españoles y titulado ‘Carta e información
a los Eminentísimos Cardenales y Excmos. Sres. Arzobispos y Obispos
de España, Portugal y la América Latina’. El autor, el sacerdote mejicano
Joaquín Saénz y Arriaga, doctor en Filosofía y Teología, después de hacer
suyas gravísimas acusaciones contra la política religiosa de Juan XXIII y
Paulo VI, después de motejar de agentes controlados por la masonería y
el comunismo a algunos Cardenales, Arzobispos y Obispos que forman
una especie de ala progresista dentro del Concilio, y que intentarán la
implantación de las perversas reformas’, hace un angustioso llamamiento
‘en estos momentos cruciales... a la Madre Patria España, que salvó a la
Cristiandad contra la Reforma Protestante en Trento y hacia la heroi-
ca Portugal, en busca de aliento y dirección en la lucha’.
De lo que uno se queja y protesta es de que, mientras las más leves des-
viaciones por la ‘izquierda’ son castigadas con prohibiciones y entredi-
chos, sin embargo estas aberraciones de la ‘derecha’ obtengan libre circu-
lación y hasta ‘la aprobación –así se dice en el prólogo– de varios obispos
mejicanos y las bendiciones de algunos prelados europeos’” (HILARIO
UNZUETA, “Un panfleto”, El Ciervo, 122: 14).
“En el último número (mayo de 1965, pág. 291), la revista Ilustración del
Clero hace su comentario a un hecho acaecido en Roma con dos sacerdotes
congoleños y publicado en Le Monde et la Vie (...)
Con ello Ilustración del Clero denuncia su debilidad y la inconsistencia de
lo que defiende: un integrismo feroz, mordaz, destructivo de organismos
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