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las carTas al direcTor en Tiempos de censura
padres, que se descubren en cualquier riña” (SANTIAGO DEL PINO,
“Los gitanos”, El Ciervo, 109: 11).
“Yo no tengo el problema de la vivienda, pero sé que hay muchos casos
que claman al cielo, debido a la insaciable codicia de arrendadores y sub-
arrendadores” (M.CARLOS H. ORVE, “La vivienda”, El Ciervo, 121: 15).
“Todos hemos podido leer en la prensa diaria el homenaje al turista
2.500.000 que cruce las fronteras catalanas.
Esto nos invita a una conclusiones. ¿Qué homenaje y obsequio se ha hecho
al trabajador 200.000 o 500.000, lo que sea, que haya pasado las mismas
fronteras en busca de su modus vivendi?” (IGNACIO LIZARI GÓMEZ,
“Turistas y emigrantes”, El Ciervo, 128: 11).
“Ahora que España tiene planteado su desarrollo económico, será intere-
sante revisar posturas intransigentes, disminuir tensiones, corregir errores
pasados y presentes. Sea entre nosotros la Justicia esta savia que vivifique
a cada uno y regule las relaciones entre individuos de distinta misión, pero
unidos en su diversidad por una meta común” (JOSÉ VERA PALOMI-
NO, “Gritos de Socorro”, El Ciervo, 140: 11).
La crítica religiosa, las informaciones y opiniones dispares acerca
de la jerarquía eclesiástica y de los usos y modos cristianos estuvo
presente en muchas de las cartas enviadas a la revista con una actitud
participativa.
La imagen que se daba de la Iglesia fue una preocupación presen-
te. Esta imagen podía criticarse a partir de motivos habituales en la
celebración de fiestas cristianas o también, como el ejemplo posterior
muestra, del mercantilismo de la jerarquía.
“En efecto, hemos observado, con insistencia creciente, casi inundatoria,
que las figuras del ‘Nacimiento’ que ilustran esas tarjetas (se refiere a los
christmas) se han hecho cada año más aniñadas, pueriles y ‘blandas’ (...)
El hecho es que este tipo de ilustraciones está cada vez más de moda,
abunda cada años (sic) más en los escaparates de librerías y papelerías.
Mucho me temo que, como sigamos a este paso, la imaginería terminará
siendo remplazada (sic) por la ‘nenografía’” (JUAN MANUEL SILVELA,
“Imágenes aniñadas”, El Ciervo, 132: 11).
“Junto a la puerta del primer templo sevillano me llevé la primera desagra-
dable impresión: una taquilla de madera como las que uno encuentra en
una plaza de toros, en un campo de fútbol o en un circo. Allí se despacha-
ban unos billetes –a cinco pesetas, creo que eran– para visitar la Giralda.
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