26
Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
cuarto de la hoja, en lo alto, se escribe la calificación de la persona
según su rango y su estado, entre la calificación y el comienzo de la
carta hay que dejar un intervalo más o menos grande en función del
respeto que usted le profese” (1990: 89).
En la obra de Louis Philipon de la Madeleine cobra peso lo que los
expertos en comunicación han llamado la proxémica, el lugar asignado
en las cartas al espacio social y cómo las reglas sociales se dilatan en
las líneas garabatedas en una carta. En pocas palabras, la adaptación
de los contenidos de la carta a la figura del destinatario. “En efecto, el
ceremonial de la carta donde hasta el mínimo aspecto está codificado,
transpone sobre el papel el código de la proxémica social que describen
numerosos manuales de civilidad. […] Hay que tratar a cada cual según
su rango y su estado, utilizar el estilo que convenga en función de lo
que se llaman ‘las circunstancias’” (Grassi, 1990: 90).
La proxémica se revela como la adecuación última de la carta a la
relación social que mantienen remitente y destinatario, y la proxémica
llegará hasta nuestros días no tanto a través de esta reproducción del
peso social de cada uno de los agentes en el circuito epistolar –que
también–, sino por la afirmación de las reglas de civilidad que deben
mediar en toda carta enviada a alguien. El propio Louis Philipon de la
Madeleine, consagrado a la redacción de numerosas obras de carácter
educativo que prefiguran la tarea de los reformadores de la enseñanza
durante el periodo revolucionario, define el peso de esta proxémica de
la que se habla en su Manuel épistolaire à l’usage de la jeunesse, publicado
en 1804. De la Madeleine subraya que la carta desarrolla este arte de
respetar la distancia que generan entre los individuos la edad, el sexo,
el rango, el poder y que conviene no olvidar nunca lo que cada uno es
y de calcular con precisión lo que se puede decir y lo que hay que callar
con esta medida que es la regla de las conversaciones. A lo que Grassi
concluye: “La proxémica es precisa : es sentir siempre la justa medida
de la distancia social” (1990: 91). Y esta resulta una definición exacta.
La proxémica: la justa medida de la distancia social.
Alumbran estos detalles cómo reproducían en estos mensajes
escritos las dependencias y los respetos, las cercanías y las confianzas
las personas implicadas en la comunicación. Estas tipologías de car-
tas privadas aclaran unos usos que nos permiten curiosear cómo se
edificaban las relaciones entre las personas a través de los escritos en
26