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las carTas al direcTor en Tiempos de censura
“N. de la R”. El autor de un artículo citado en la carta y sobre el que
se opinaba a favor o en contra respondía de esta manera al lector. Esto
fue así hasta el número 200, es decir hasta 1970. En el número 200,
por primera vez un colaborador de la revista –Juan Carlos Aguilar–
contesta la alusión que un lector le hacía en una carta. A partir de este
número, las alusiones las van a contestar los colaboradores que hayan
sido citados en las cartas y ya sólo en contadas ocasiones aparecerá una
respuesta a una carta firmada como una nota de la redacción.
Se incidía unas líneas más arriba en los límites y las funciones de las
cartas al director. Si se repasan las notas que publica la redacción de la
revista en la sección de cartas, aparece con claridad el sentido que se le
daba desde la revista a ambos conceptos. Por lo que se refiere a los límites,
la revista pone especial énfasis en dos aspectos: la longitud y la autoría.
Distintas notas de la redacción aparecidas a lo largo de estos años excusan
la omisión de ciertas cartas debido a su longitud o, más habitualmente, su
postergación a otros números de la revista. La nota más completa es tal
vez la siguiente: “Recibimos muchas cartas para el Apartado, pero con
frecuencia son demasiado largas para este espacio. En bien del interés y
variedad de esta sección rogamos que las cartas sean lo más breves posi-
ble. Muchas gracias. N. de la R.” (El Ciervo [Barcelona] (1967), núm. 155,
p. 15). En lo que se refiere a la autoría de las cartas, la única condición para
que la revista publicase una carta era que estuviera firmada.107 La nota “Un
aviso a algunos lectores” proporciona las razones:
“Algunos lectores escriben con frecuencia cartas para este apartado,
pero firman con seudónimo y no dan –aun cuando sólo fuera para el
conocimiento de la revista– ni su nombre, ni su dirección.
”El Ciervo tiene por costumbre no publicar nada que no vaya fir-
mado. Y en casos especiales, si algo se publica sin firma, necesitamos
saber quién es el autor.
”Lamentamos que algunos que nos escriben sin dar su nombre
se quejen, enojados, de que sus cartas no figuran en el apartado. Nos
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107 Ante la insistencia de algún lector que había enviado una carta y que, probablemente, se negaba a que
apareciera su firma, la redacción publica una nota en un cuerpo de letra mayor que el cuerpo de texto
habitual de la revista en la que se lee: “Nuestra revista no publica cartas de cuyos autores no nos conste
el nombre y la dirección. Sentimos pues que las que nos ha remitido don Eugenio Ripollés no puedan
publicarse. Este es el motivo. N. de la R.” (El Ciervo [Barcelona] (1971), núm. 206, p. 19).
Anécdotas aparte, prácticamente la totalidad de las cartas que llegaron a la redacción en este periodo
y cuya autoría podía comprobarse se publicaron.