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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
que haya diálogo. La publicación de este tipo de cartas muestra a los
lectores que es posible intervenir en la marcha de la publicación y no
sólo formar parte de ella de manera más o menos activa, como en los
casos anteriores.
Diversos autores han hecho referencia a esta función de ciertas
cartas y a este uso persuasivo propio de los medios. Morán (1988)
apunta la necesidad que tienen algunos lectores habituales de un medio
de poder comunicarse con él y de sentir que su relación va más allá de
la compra periódica: son lectores para quienes resulta imprescindible,
dice, mostrar la aprobación e incluso el entusiasmo que les merece la
labor del diario o bien criticar algún texto en concreto. Subraya Morán,
y se halla en lo cierto, que este tipo de lectores entienden que el medio
es también algo suyo. Y es así: los lectores que participan y dialogan
con el medio lo hacen porque se sienten parte del medio. El medio de
comunicación se ha convertido en uno de los contextos que explican la
vida de esa persona, igual que su grupo de amistades, su círculo familiar
o su ámbito profesional. El diario que cada uno de los lectores elige
mañana tras mañana se acaba convirtiendo en una de las extensiones
de uno mismo. De la misma manera que cada uno de las revistas a las
que uno está suscrito son parte consustancial de nuestras aficiones e
intereses. Por esa misma razón, Armañazas cuando hace referencia a la
prensa bajo el franquismo concluye: “Los diarios tenían lectores-com-
pradores, clientes para la publicidad, pero no parecía que, en todos los
casos, hubiera auténticos lectores de los mismos, personas implicadas
con el mensaje que transmitían” (1996: 166).
Gomis también recoge esta función de las cartas al director que
ampara la comunicación directa entre lector y medio, y la intervención
del lector en los contenidos del medio, sea a través de la crítica o del
apoyo: “La sección resulta especialmente interesante cuando la opinión
del lector se refiere a cosas publicadas en el diario. La sección de cartas
al director es, con la posible excepción del comentario del ombudsman, la
única forma de crítica a la prensa que tiene un lugar reconocido y además
es el mismo diario criticado quien la acoge. Naturalmente, la publicación
de críticas se convierte en manifestación sutil de la grandeza del diario”
(1989: 164). Y esta crítica o este apoyo puede mostrarse con tres alcances
distintos. Puede tratarse de opinar acerca del propio medio, de reafirmar
su línea editorial o de hacerle frente. Puede tratarse también de enjuiciar
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