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las carTas al direcTor en la Teoría del periodismo
La retórica de la certeza
La retórica de la certeza pretende atrapar la realidad en la exactitud
de un resultado. A lo formula Gomis: Para persuadir de que conocen
y dicen verdades exactas los medios utilizan y destacan lo que yo llamo
resultados. Les gustan los números y las cifras exactas y las exhiben, desde
los precios, las estadísticas, las medianas, los puntos finales de un partido
deportivo, las cotizaciones de bolsa [...]. Otra variante del resultado es
la norma, la ley, el decreto, el nombramiento [...]. Los resultados tienen
repercusiones y provocan una impresión de certidumbre” (1994: 62). El
resultado es el crisol de una realidad compleja, la gota de licor, incontesta-
ble y concentrada, que destila el alambique de la vida. Frente a la escala de
grises de la opinn, el resultado tizna de un color saturado la realidad. El
resultado es el resumen de un proceso, el resultado es una sinécdoque, el
resultado tiene el laconismo preciso para decir mucho en pocas palabras.
Como dice Gomis en su Teoría del periodismo: “En un mundo en que
el suministro inicial de noticias está en manos de los interesados en
difundir hechos que les favorezcan es natural que los medios sientan
predilección por las verdades indiscutibles, los hechos consumados,
los resultados finales de cualquier proceso, debidamente registrados de
forma fehaciente”. Y añade: “Los resultados son noticias inatacables,
como el esqueleto sólido y consistente de la información. Gustarán o
no, beneficiarán o perjudicarán, pero los medios quedan profesional-
mente a cubierto de cualquier reproche, puesto que lo que es indiscuti-
ble es que aquel resultado se ha producido y los medios lo comunican
simplemente para información de todos” (1991: 116). Los resultados
se comportan como hitos en la carretera de la información. Dan segu-
ridad a los periodistas y guían acerca del contenido de los textos infor-
mativos: los números concentran largas explicaciones; los veredictos,
razonamientos amplios; las estadísticas, la vista de conjunto; las leyes y
la jurisprudencia, cada uno de los dientes de los engranajes del Estado;
las cotizaciones de la bolsa, la sístole y la diástole del mercado.
El periodismo no se entiende sin los resultados. Tanto es así que el
propio Gomis se atreve a avanzar un porcentaje del peso de los resul-
tados: “A falta de estudios más numerosos y detenidos –de verdaderos
resultados–, considero que entre un cuarto y un tercio del contenido
informativo de los medios son resultados. [...] Pero la variedad de los
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