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el peso de la sección de carTas
cartas que llevan la firma de una persona pública. Comentaba cuando
escribía sobre la regla de la autoridad que ser conocido y reconocido
por la comunidad a la que la carta se dirige otorga una ventaja sus-
tancial a su autor. La carta firmada por alguien conocido difícilmente
terminará en la papelera. Ser persona pública permite que la carta enfile
un atajo hacia la página del diario.
Un segundo tipo de cartas impuestas trata de las cartas de aludidos
en cartas anteriores o en otros textos del periódico. Haber sido aludi-
do por una carta anterior o por algún texto del diario provoca a veces
la reacción de la respuesta escrita en el medio en el que se difundió
la alusión. Habitualmente los diarios y revistas respetan el derecho
de réplica de la persona aludida, con lo que este tipo de cartas tam-
bién suelen publicarse. En este caso, no resulta imprescindible que la
persona aludida sea una figura con trascendencia pública. La alusión
vuelve a igualar a todas las personas que forman una comunidad
determinada.
Un tercer tipo de carta que tiene muchas posibilidades de llegar
a la imprenta es el de las cartas que son respuesta a otra carta, cuan-
do se trata de un personaje público quien responde. Se ha tratado la
comunicación entre lectores a través de las cartas cuando se ha hecho
referencia a la retórica del diálogo. La respuesta de un lector a otro no
obliga a que el director o el responsable último publique esta carta,
excepción hecha de si el que responde es un personaje público. En ese
caso las oportunidades de la carta se multiplican en función del grado
de conocimiento de la firma que vaya a tener el público que lea la carta.
Un cuarto tipo resulta de las cartas firmadas por el responsable
de una institución o por una persona que participa en función de su
cargo y representando a una institución. Son cartas que se escriben en
nombre de la institución o de una empresa. Estas cartas responden
habitualmente a una retórica de la participación puesto que proporcio-
nan informaciones o dan opiniones institucionales. También se envían
a los periódicos cuando una institución o una empresa se muestran en
desacuerdo con algo publicado anteriormente como noticia, como artí-
culo o en otra carta. La estrategia del desacuerdo suele basarse en dar
una información que se contrapone a lo publicado. La carta pretende
una aclaración sobre una información o sobre una opinión anteriores
en lugar de un enfrentamiento directo.
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