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el peso de la sección de carTas
Kapoor concluye también que los diarios pequeños acaban publicando
un porcentaje mayor de cartas que los grandes diarios, debido a que
reciben menos. Por lo tanto, no resulta despreciable la cantidad de
cartas que nunca se publican.
Los diarios dedican un espacio reducido a la publicación de cartas al
director. Los lectores funcionan como sujetos pasivos –son los recep-
tores– y que el diario proporcione una plataforma para que los lectores
puedan comunicarse se considera más una deferencia hacia el público
y un lujo permisible que una necesidad periodística. Un interesante
estudio de Humburg muestra cómo a finales del siglo XIX los diarios
americanos incluían las cartas entre sus páginas, pero con cautela. Y
pone en evidencia que los diarios populares (los penny press) publicaban
menos cartas, sea porque omitieran la voz de sus lectores, sea porque
estos lectores escribieran menos cartas, puesto que se trataba de clases
populares: “Pero debería señalarse que dos de los diarios baratos ‘revo-
lucionarios’ (Herald y Sun) sólo publicaron conjuntamente un total de
37 cartas, mientras que los diarios más conservadores y caros (Courier
& Enquirer y Post) publicaron muchas más, con 181 cartas publicadas
entre los dos” (2001). El propio Humburg afirma en su estudio haber
realizado un recuento informal de las cartas publicadas por The New
York Times, The Washington Post y Los Angeles Times y haber encontrado
que suelen publicar una media de ocho cartas por día. Para otros dia-
rios americanos de ámbito también local pero de difusión más limitada
el número de cartas publicadas cada día oscila entre las tres y las seis
cartas diarias (2001).
Dupre realizo un trabajo en 2000 que aclara cuánto tardan en publi-
carse las cartas que finalmente se publican. Realizó su trabajo a partir de
un diario de tamaño medio y de carácter local, como la mayoría de los dia-
rios estadounidenses. Se trataba del Lowell Sun, de Massachusetts. Se trata
de un diario con una difusión entre los 52.000 y los 55.000 ejemplares
que canaliza la comunicación pública con sus lectores no sólo mediante
la sección de cartas al director, sino también con la publicación de las
llamadas que los lectores realizan a un contestador automático de telé-
fono. Por lo tanto, el Lowell Sun tiene una sección de cartas al director y
otra sección que recoge estas llamadas telefónicas que se llama BackTalk.
Como promedio Dupre cuenta que el diario recibe entre 5 y 24 llamadas
para la sección BackTalk y que publica una media de diez al día. La sec-
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