116
Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
lo veía Habermas. En su lugar, institucionalizan el golpe coercitivo del
entretenimiento impactante que enciende a los lectores, pero que no
ofrece ningún canal constructivo para la resolución de conflictos entre
normas y opiniones divergentes”. No sólo no considero la sección de
cartas como la pared que limita las vías del tren en los arrabales de la
estación, donde abundan grafitis vistosos pero vacíos, sino que las
publicaciones en general tienen en cuenta la regla de la civilidad en el
momento de publicar unas cartas u otras. Y no podía ser de otro modo,
puesto que sin civilidad, sin fair-play discursivo, no hay aportaciones
valiosas ni debate público de interés.
La regla de la civilidad
En cualquier debate, la civilidad es un requisito previo. Para enten-
derse, las formas son tan importantes como el fondo. En el foro
público que es la sección de cartas al director no podía ser distinto. El
buen gusto, un cierto manejo de los argumentos y de las emociones
resultan determinantes para el éxito de la sección. La civilidad tiene un
momento previo a la publicación de una carta en la sección de cartas
al director. La civilidad y un sentido sobre la utilidad de uno mismo a
la comunidad provoca que las personas suelan enviar solamente cartas
al diario que leen. Participan las personas con sus cartas en tanto que
lectores de la publicación. Sólo si existe ese sentimiento de pertececer
a la comunidad de personas que habitualmente se interesan por ese
medio suelen enviar sus cartas.57
Y en justa reciprocidad, los medios no suelen publicar cartas que
hayan llegado a la redacción pero que tengan constancia que han sido
publicadas por otros: “Hay diarios que son muy cuidadosos y procuran
no publicar una carta que de manera verosímil se ha enviado también
a otros diarios. Una situación que resulta más frecuente es que entre
un diario y sus lectores se establezca una costumbre que hace que las
secciones de cartas sean diferentes a las de los otros diarios” (Gomis,
1991b: 90).
116
57 Sobre esto, como sobre todo, hay excepciones, claro. El caso más deslumbrante es el de Abraham
Méndez, grafómano que dice poseer el récord Guinness sobre publicación de cartas en diferentes
medios.