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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
deseo genuino de diversidad, se inclina a favor de los que poseen un
amplio capital cultural”. Y tal como lo cuenta parece que escribir una
carta esté sólo en la mano de muy pocos.
La regla del entretenimiento
Para hablar de la regla del entretenimiento hay que volver, aunque
sea sólo por unas líneas, a hablar de la brevedad. Y se pueden propo-
ner dos puntos de vista: o se matizan los argumentos o se proponen
argumentos al por mayor. Si se defienden los argumentos a tanto el
kilo, puede resultar convincente decir que hacer un diario es caro. Y
como es caro, y la sección de las cartas al director es una sección de
los lectores y no de la redacción, hay que darle un espacio ajustado.
Y si se quieren incorporar más cartas –esto es, más opiniones, más
potenciales debates–, entonces hay que cortarlas hasta el límite mínimo
que no excluya su comprensión. En ese caso está claro que brevedad
y entretenimiento se dan la mano. Y parte de razón tendrá quien esto
defienda. Por ejemplo, Kingsley Guy afirma: “[Los periódicos] están
en peligro de convertirse en irrelevantes porque no consiguen cubrir
las necesidades del lector moderno, el cual busca información en un
formato fácil de leer” (1992: 9).
Ahora bien, si se quiere abrir una reflexión y no un juicio merece la
pena detenerse un momento. Por un lado, ya se vio que la brevedad es
uno de los elementos constitutivos de la carta –sin que esto signifique
decir que una carta larga no es una carta. Por otro lado, cierto es que
la lectura de diarios y de otros medios generalistas tiende cada día más
a formatos que la faciliten. La lectura, para quien no está dispuesto a
pasar una parte importante de su tiempo y a empeñar su esfuerzo, es
cada día menos lectura. Lectura más fácil, menos lineal, menos larga.
Agua, agua, piden estos textos para saber menos fuerte y ser engullidos
por más personas. Agua para acortarlos, agua para que aparezcan ilus-
traciones que los expliquen.
Pero es que, además, esto no es siempre y en todas las publicaciones
así. Primero, ya Kapoor daba datos al respecto. Más del 15% de los
diarios analizados por él no restringían el número de palabras de una
carta. Abraham Méndez describe algunos casos: “Existe algún rotativo
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