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el peso de la sección de carTas
Critique of Criteria for Letters to the Editor”. Wahl-Jorgensen mani-
fiesta al principio de su trabajo su voluntad de identificar los criterios
de calidad, estilo y temas que los directores siguen para la selección de
las cartas. Propone cuatro reglas: la de la brevedad, la de la autoridad,
la de la relevancia y la del entretenimiento. Yo añado la regla de la civi-
lidad. Y es que este asunto de la civilidad es, junto a los anteriores, una
cuestión clave para orientar el sentido de este foro público que son las
cartas al director: “Identifica e investiga las normas que guían este ‘foro
público’. En concreto, el diario identifica cuatro ‘normas’ distintas:
las normas de importancia, entretenimiento, brevedad y autoridad. Al
identificar ‘normas’ para la selección de cartas, este diario no propone
que las cartas se escojan según unas instrucciones institucionales rígi-
das e inalterables” (Wahl, 2001).
La regla de la relevancia
La regla de la relevancia pone de manifiesto el poder del director
del diario o del responsable de la selección de las cartas para guiar los
contenidos de la sección, orientar las aportaciones y decantar los deba-
tes que se desarrollan entre los lectores. El director del diario dispone
de una página o más para dar cabida a las aportaciones de sus lectores
más activos. Esta figura del director, que, como se ha visto, posibilita
que una comunicación de carácter privado se dimensione como una
comunicación pública, acaba orientando los contenidos de la sección.
No obstante, el director debe decidir si la sección tiene su eje en el
propio periódico o tiene su eje entre el público. Evidentemente, si se
utiliza la sección en beneficio del propio medio puede suceder lo que
cuenta Wahl-Jorgensen: que en el centro no se encuentren las necesida-
des de la comunidad a la que va dirigido el medio, sino las necesidades
del propio medio de conocer qué opinan de él sus lectores (aunque no
en todos los casos que los lectores opinen del diario tiene que consi-
derarse una muestra de la distorsión de la sección). “Cuando el debate
se da en nombre de las relaciones públicas y cuando el diario subraya
su propiedad del propósito democrático de la sección de cartas, los
editores están en posición de utilizar las páginas para hablar del diario y
sus contenidos, más que para promover una discusión crítica continua
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