Finlandia, Estados Unidos y Singapur son sociedades informacionales avan-
zadas. También son economías dinámicas porque son internacionalmente
competitivas, tienen empresas productivas y son innovadoras. Pero dado que
“(…) la tecnología y la economía no son más que una parte de la historia”
(Castells y Himanen 2002: 31), puede decirse que una sociedad es abierta si lo
es políticamente, es decir, a nivel de su sociedad civil y si es receptiva a los pro-
cesos globales. Asimismo, su bienestar social puede ser evaluado en función de
su estructura de rendimientos y de la cobertura ofrecida a sus ciudadanos en
materia de salud y educación.
Cuando se mira a Portugal desde una perspectiva de evolución de modelos
de desarrollo, es un país que se encuentra en un proceso de transición de una
sociedad industrial hacia una sociedad informacional. Sin embargo, se trata de
una sociedad industrial que, como por ejemplo la sociedad italiana y española,
está en gran medida constituida por pequeñas y medianas empresas y que
nunca se ha afirmado fuertemente como productor industrial a gran escala
(Castells 2002). Portugal asumió en la segunda mitad del siglo XX lo que se
puede llamar protoindustrialismo e intenta ahora alcanzar un protoinforma-
cionalismo (Castells 2002). Como ejemplo de sociedad en transición, el análi-
sis de Portugal nos permite percibir que se trata de un país que a través de sus
múltiples redes de pertenencia (que incluyen desde la integración en la Unión
Europea hasta el mantenimiento de buenas relaciones en materia de defensa
con EE.UU. y el establecimiento de redes de asociación con Brasil, las excolo-
nias africanas y asiáticas y las comunidades autónomas de la vecina España)
intenta adaptarse a las condiciones de cambio de la economía global. Y este es
un patrón común a todas las sociedades en transición.
Hoy en día no es difícil encontrar en documentos producidos en las insti-
tuciones de la Unión Europea o en el marco de la OCDE e incluso de la ONU
que la ecuación para el desarrollo económico y social de los países, ciudades
y regiones en la era de la información es la apropiación de los usos de las herra-
mientas tecnológicas y su integración en los circuitos productivos y de rela-
ción personal, necesitando para ello que todo el país, ciudad o región realice
la inserción efectiva de las mismas en el tejido empresarial y a nivel de esta-
do (en la gestión de la cosa pública, formación, gestión del territorio y su
defensa, etc.).
© Editorial UOC 79 Sociedades en transición hacia la sociedad en red
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