© Editorial UOC 476 Los medios de comunicación en la sociedad en red
Un ejemplo de esa dimensión de la lusofonía global fue la elección de nom-
bres de playas de Portugal, Brasil, Angola, Mozambique y Cabo Verde para las
páginas personales de usuarios, con nombres como Água D’alto, Baía das Gatas,
Bilene, Copacabana, Enseada, Fernando de Noronha, Guincho, Ilha do Mel,
Meco, Meia Praia, Mussulo, Nazaré, Porto Santo y Vila Praia de Âncora.
En cuanto a su población usuaria, los datos sociológicos del espacio
Terràvista muestran que era mayoritariamente masculina (89%), compuesta
por portugueses y brasileños.
Los grupos de edad más representados eran los comprendidos entre los 11
y 35 años, sumando el 85,7% (entre los 19 y 25 años se concentraba el 40,2%
de los creadores de páginas). En cuanto a los contenidos desarrollados en
Terràvista, se distribuían mayoritariamente por temáticas generalistas (Mar),
informáticas, noche y deporte.
El caso Terràvista se inició el 29 de julio de 1998 después de una llamada
telefónica al tabloide “24 Horas” que alertaba de contenidos impropios: por-
nografía con dibujos manga de la serie Dragon Ball. En respuesta, el Ministro
de Cultura, el Profesor Dr. Manuel Maria Carrilho, decidió cerrar el servicio
Terràvista, dejando más de 26.000 páginas sin acceso. Ese mismo día anunció
la reapertura para el día 9 de agosto.182
182. Terràvista fue originalmente un proyecto que formó parte de la iniciativa Mosaico del
Ministerio de Cultura, cuyo objetivo era permitir a miles de ciudadanos el alojamiento gratuito
de contenidos y la creación de una vasta comunidad virtual de lengua portuguesa, fomentando
la “producción nacional” en Internet. Lanzado en marzo de 1997, a lo largo del mismo año y el
siguiente se constató la existencia de páginas pornográficas en el servidor, sucesivamente elimi-
nadas del portal. Pero en junio de 1998, después de una noticia que denunciaba el alojamiento
de más páginas de este tipo, el Ministro de Cultura de entonces, Manuel Maria Carrilho, decidió
cerrar el portal. Como solución para eludir por parte del Ministerio de Cultura la responsabilidad
de contenidos alojados en “Terràvista” –era ésta la forma como se escribía en aquel momento– se
creó el 7 de agosto de 1998 la Asociación Terràvista, sin ánimos de lucro, para gestionar el proyec-
to. El servicio continuó expandiéndose hasta febrero de 2000, cuando la Asociación, enfrentada
con elevados costes de mantenimiento, acabaría por vender Terràvista a Jazztel Internet Factory
del grupo de telecomunicaciones Jazztel. Integrado en Ya.com, la división de Internet de la opera-
dora, el proyecto comenzó a cambiar de identidad, transformándose en un portal con contenidos
propios pero manteniendo las comunidades de cibernautas y el servicio de alojamiento gratuito.
Mientras, las páginas alojadas en Terravista pasaron a tener banners publicitarios, un cambio que
no agradó a los clientes del servicio, que fueron avisados de dicho cambio de política con sólo
dos días de antelación. El 4 de septiembre de 2000 el portal Terràvista volvió a cambiar de manos,
cuando Jazztel anunció la venta de Ya.com Internet Factory –que integraba los portales Terràvista
y el español Ya.com– por 414,3 millones de euros a T-Online, una empresa proveedora de acceso a
Internet filial de la operadora alemana Deutsche Telekom. Fue entonces que el proyecto y el sitio