© Editorial UOC 387 Medios de comunicación y ciudadanía
través de historias narradas (Colombo y Aroldi 2003), mientras los más jóvenes
también dan valor a otros medios como fuente de entretenimiento, como los
juegos multimedia, la telefonía móvil y la música grabada.
Esa multiplicidad de relaciones con los medios es algo que también nos
indica que los medios deben ser considerados una parte de un sistema de
medios en conjunto, con los efectos de retorno e interacción recíproca en la
definición social de los propios medios (Colombo y Aroldi 2003).
Entonces ¿cómo se establece la relación entre dos medios distintos pero
complementarios sobre todo en el ámbito de la información, como la televi-
sión e Internet?
La atención prestada en los telediarios a los scroll a pie de pantalla donde
se anuncian noticias y dossiers accesibles en los sitios de Internet o la bús-
queda en Internet de algo que se ve en la televisión, nos describe un panora-
ma generacional donde son en términos de multimedia las dos generaciones
más jóvenes las que establecen más vínculos entre Internet y la televisión,
ya sea en la dimensión de la noticia o en la informativa general o de entre-
tenimiento.
Sin embargo, es la generación de transición la que más integra en sus prácti-
cas esa relación entre Internet y la televisión; por su inserción en la vida acti-
va es la que atribuye los usos más diversos a Internet, sobre todo combinan-
do los campos profesional, educativo, informativo y de entretenimiento.
En el ámbito de la apropiación práctica de la televisión, las generaciones
de transición y multimedia se caracterizan al contrario que la generación más
vieja por saltar mucho más o, si se prefiere, por hacer zapping entre pro-
gramas. De este modo manifiestan una fidelidad mucho menor al canal o
incluso al inicio y fin de un programa. Su televisión es la de los flujos y no
de los horarios predeterminados, más cercana a los modelos de organización
textual.156
156. Como señala Ortoleva (2003) sobre la definición de flujo televisivo propuesta por Raymond
Williams, “para el autor el flujo es un modelo diferente de organización de la comunicación del
discurso. Al texto, cerrado y basado en reglas internas, le sigue otra forma de comunicación, abierta
y basada sobre todo en la negociación permanente entre emisor y receptor. No se trata de elegir
entre uno y otro, incluso porque según Williams y a pesar de sus fuertes especificidades, el flujo es
por otros aspectos la continuación y el desarrollo de procesos que perduran desde hace dos siglos:
desde aquel profundo cambio de la ‘estructura del oír’ que nace con la revolución industrial.”