© Editorial UOC 373 Medios de comunicación y ciudadanÃa
ta a menudo las reglas del juego en las que se mueve la polÃtica informacional
practicada por la televisión, radio y prensa, incluso cuando la autonomÃa de
éstos es percibida como problemática.
La polÃtica extraparlamentaria, gestionada por los movimientos sociales y
ciudadanos con agendas polÃticas individuales porque rechaza las reglas de ese
modelo de polÃtica informacional (o porque esas mismas reglas la marginan)
encuentra en el acceso a los nuevos medios fórmulas para llegar hasta las pobla-
ciones o recrear nuevos vÃnculos con los espacios simbólicos tradicionales de
mediación de la ciudadanÃa.
Los nuevos medios permiten de este modo nuevos y amplios espacios comu-
nicativos para viajar, visitar y participar; generar nuevos espacios como sitios
web, grupos de noticias, salas de conversación, redes, grupos de acción, etc.; la
estructura hipertextual según una amplia “interespacialidadâ€; libre movimien-
to entre diferentes espacios comunicativos, personalización de las informacio-
nes a partir de numerosas fuentes; desarrollo de canales de interactividad con
el sistema polÃtico formal, sus contactos con partidos y representantes; y la
organización de grupos y movimientos online.
Pero a pesar de los discursos que defienden el potencial de la acción comu-
nicativa de las nuevas tecnologÃas de la información y comunicación, éstos no
están exentos de crÃticas, especialmente porque entre su potencial y la realiza-
ción de éste existen algunas debilidades.
Por ejemplo, según Dahlgren (2001), los problemas de buena parte de las
esferas públicas en forma de grupos de noticias o salas de conversación son
evidentes por su separación, convirtiéndose en espacios para individuos que
comparten las mismas ideas y sin espacio para perspectivas divergentes, por el
carácter impersonal de la comunicación online y por la ausencia de referencias
geográficas que plantean lÃmites para la intersubjectividad necesaria en un
ámbito público, restringiendo el sentido del objetivo común y la comprensión
mutua colectiva por parte de los individuos.
Sin embargo, esas crÃticas apenas han tenido en cuenta la necesidad de ver
los medios de comunicación como un conjunto articulado en red entre diferen-
tes tecnologÃas y formas de mediación. Si en la realidad existen diferentes medios
habrá también la probabilidad de recurrir a diferentes usos y representaciones
de los mismos en el marco de un modelo de comunicación sintética en red.