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El documEntal intEractivo uoc press
por segundo –en el sistema PAL– mientras el cabezal lector láser hacía
un pequeño movimiento en dirección radial en cada vuelta, se podía
reproducir vídeo en movimiento. Pero también se podía hacer una
pausa perfecta y de duración ilimitada, con el sencillo procedimiento
de detener este cabezal para reproducir 25 veces por segundo la misma
imagen. O se podía dar marcha rápida o lenta, adelante o atrás, con el
control de la velocidad y el sentido de desplazamiento de este cabezal
en la dirección del radio del disco. Y lo que era más importante, todas
las imágenes se podían numerar –del 1 al 54.000, en una cara–, con
un código digital mezclado con la imagen, y se podía hacer llegar el
cabezal a cualquiera en pocas décimas de segundo. La combinación
de este acceso aleatorio y la pausa perfecta e ilimitada convirtieron el
formato CAV del LaserVision en el paradigma de las primeras apli-
caciones audiovisuales interactivas. Las 54.000 vueltas de una cara se
podían emplear para tener este mismo número de imágenes diferentes,
para tener 36 minutos de vídeo PAL o para cualquier combinación de
imagen fija y en movimiento dentro de estos límites, con el añadido de
dos canales de sonido conmutables. Todas las funciones que permitía
el formato CAV se podían controlar con el mando a distancia, era el
nivel I de interactividad, o con un ordenador externo –en el nivel III–.
Como destaca Ribas 55, un programa que funcionara en este ordenador
podía añadir a sus intrínsecas capacidades interactivas fragmentos de
vídeo y sonido o imágenes fijas de calidad videográfica, eso sí, en un
monitor diferente al del ordenador, ya que la imagen y el sonido alma-
cenados en el LaserVision eran todavía analógicos. El sistema era cier-
tamente mastodóntico, difícil de gestionar e impensable de distribuir
entre el público en general: un ordenador con su monitor, un lector
de videodisco con su televisor y una conexión entre ambos, formada
por un cable especial y un programa para gestionarla. Y si se quería
tener la salida del ordenador en la misma pantalla videográfica, había
una tarjeta especial de sincronización, cara, difícil de gestionar y no
estandarizada. Otro inconveniente importante fue la incompatibilidad
entre los sistemas de televisión NTSC y PAL, que impidió la extensión
del videodisco.
55. Ibíd.