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Precedentes y exPerimentación
homogeneidad del digital suaviza. Y es que, a pesar de los graves incon-
venientes que presentaba, el videodisco interactivo había movido por
primera vez una serie de voluntades e iniciativas de todo tipo en torno
a las posibilidades de la comunicación interactiva. Personas provenien-
tes de la producción de vídeo lineal, de la comunicación empresarial,
de la enseñanza asistida por ordenador, de la informática documental,
artistas, escritores, etc., confluyeron y se acercaron por primera vez a
la comunicación interactiva a través del videodisco. A finales de los 80
y principios de los 90, el momento en que la digitalización multimedia
comienza a ser una evidencia de inmediato futuro, todas las ideas e ini-
ciativas del campo del hipertexto y del videodisco interactivo empiezan
a confluir. Es la época de los primeros congresos y asociaciones sobre
el tema y del surgimiento de las ideas más importantes sobre las que se
construye la teoría de la comunicación interactiva actual53.
Las primeras aplicaciones audiovisuales verdaderamente interacti-
vas fueron realizadas en el formato de videodisco óptico LaserVision
durante la década de los años 80. Este sistema había sido desarrollado
por la empresa Philips durante la década de los 70. Se trataba de un
formato analógico y de difícil gestión, pero propició el acercamiento de
personas de ámbitos diversos a la comunicación interactiva. Ya en el
año 1929 existió una patente de Reginald T. Friebus para registrar soni-
do e imágenes en color, en un disco para sistemas ópticos, pero no fue
hasta la invención del láser, con su extraordinaria capacidad de concen-
trar el rayo de luz, cuando fue posible que en una cara de un disco se
pudiera almacenar una cantidad razonable de programa audiovisual54.
De todos los sistemas ópticos que compitieron durante la década de
los 70 y 80 (más de 25, en 1976), el LaserVision se acabó imponiendo
por su resistencia y facilidad de uso. Su formato CLV, concebido para
ver películas de forma bastante lineal, no llegó nunca a prosperar, en
competencia con los magnetoscopios domésticos en cinta registrable
y borrable. El formato CAV (Constant Angular Velocity) posibilitó las
primeras aplicaciones audiovisuales interactivas. El secreto del formato
CAV estaba en la disposición de una sola imagen en cada vuelta del
disco. De esta manera, y girando a velocidad constante de 25 vueltas
53. J. I. Ribas, 2000, op. cit., pág. 33.
54. J. I. Ribas, 2000, op. cit., pág. 29-30.