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InteractIvIdad y multImodalIdad
de efectos y relaciones individuales al plan público, permitiendo su
arbitraria regulación. Como ejemplo de este proceso podemos citar los
hipervínculos, fundamentales para los medios interactivos y que obje-
tivizan el proceso de asociación del pensamiento humano: acciones
mentales como la reflexión, recuerdo, etc., puestas a la misma altura
que la acción de cambiar de página o seguir un enlace. Los enlaces
están definidos porque seguimos rutas programadas de antemano,
requiriendo la fusión e identificación de nuestra estructura mental con
la de otra persona, el diseñador de los nuevos medios.
La interactividad es propuesta a menudo como una de las salidas y
principales activos de los medios de comunicación en sus formas tra-
dicionales. Sin duda, es un elemento distintivo de los nuevos medios
de comunicación y computación. Sin embargo, es un término enorme-
mente amplio y usado en exceso, que en cierta medida se ha conver-
tido en una expresión mitificada. A los efectos de esta investigación,
es necesario aclarar exactamente qué tipo de interactividad es objeto
de debate y reducir su definición: nuestra definición se centra en el
espectador en relación con el contenido del documental en el nivel de
la interfaz hombre-máquina (HCl), porque este es el nivel en el que el
espectador y/o colaborador contribuye a la inteligencia colectiva del
espacio de conocimiento. Según afirma Stuart Dinmore231 en su tesis
doctoral The Real Online. Imagining the Future of Documentary232, “este es el
nivel en que todo el contenido digital se puede reordenar, reorganizar
y abrir a una interpretación subjetiva”.
La interactividad, en un sentido más amplio, significa que la
audiencia puede participar con un papel limitado como coproduc-
tora del proyecto. El potencial de la colaboración es real, pero en el
caso del documental interactivo, el consumidor de este proyecto es
principalmente reclutado como co-editor, al otorgarle la capacidad de
reconstruir el orden y la yuxtaposición de los elementos multimedia.
Si bien esta capacidad puede no cumplir con el ideal de una verdadera
colaboración, la función de edición en el documental es crucial para
231. S. Dinmore (2008). The Real Online: Imagining the Future of Documentary [Tesis doctoral]. School of
Communication. Division of Education, Arts and Social Sciences. University of South Australia, pág. 18.
http://www.obsdoc.ca/res/pdf/Observ_20110203_Study.pdf.
232. S. Dinmore, 2008, op. cit.