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la rEprEsEntación documEntal
que desarrolla ya a partir de los primeros años del vídeo un traba-
jo audiovisual original, un campo expresivo de “autor”.
El nuevo campo videográfico gesta una mirada crítica de la
información en los medios de comunicación. Esta postura, que
no apunta solo a la crítica de la forma ni reivindica la subjetividad
de los trazos de autor, postula una convulsión de los modos de
producción y de los circuitos de distribución.
Aunque los trazos de ambas prácticas hayan estado combi-
nados y mezclados en el revulsivo ambiente de la contracultura
podemos reconocer caminos vinculados a una cierta subjetividad
de la expresión que se organizará en torno a las galerías y museos,
y otro de carácter más político y contestatario que intentará poner
en crisis valores que se habían establecido de manera orgánica en
el mundo de la información y la comunicación.
En esta época, la herencia del carácter propagandístico del
documental cinematográfico que tras la Segunda Guerra Mundial
se había impuesto en la industria audiovisual y los criterios de
objetividad del modelo anglosajón se acentuaban en la misma
medida en que la manipulación mediática se hacía más pertinaz.
Debido al carácter institucional y oficial que había asumido
el documental de propaganda, medio de difusión privilegiado
durante la guerra, este continuaba atado a una fuerte conducta
reglada por el Estado (autocensura, censura y presión mediática
sobre los autores más críticos), de forma que aún intentaba pre-
sentarse al espectador como una visión aparentemente no media-
da de lo real. Sus estrategias de ocultamiento respondían a los
intereses de la “guerra fría” que fijaba sus normas en las formas y
en sus contenidos claramente institucionales.
Barnow, en su libro Historia y estilo del documental, reseña el
estado de la cosas por esta época: El Departamento de Estado había
prohibido a los norteamericanos, incluso a periodistas y autores de películas,
viajar a Vietnam del Norte o a China o a Corea del Norte o a Cuba o
a Albania. Los pasaportes de los transgresores habían sido revocados. Se
explicaba la prohibición como una medida necesaria para “proteger” a los