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la rEprEsEntación documEntal
medios de comunicación de masas de la cultura occidental para conformar
el mundo.49
El dominio militar, económico y cultural de los EEUU des-
pués de la Segunda Guerra Mundial da pie a la pertinencia de un
análisis de la nueva sociedad que surge en Occidente como espejo
hegemónico del modelo impuesto por la sociedad americana.
Los fuertes avances en la tecnología de consumo y el papel de
los medios de comunicación en esta conformación de la “socie-
dad del espectáculo” permiten trazar unas tendencias que años
más tarde tendrán fuertes influencias en otros países.
El movimiento de la contracultura, que surge en forma simul-
tánea en varios países con una fuerte economía en el capitalismo
avanzado, tendrá repercusiones en el resto del continente ameri-
cano y vínculos políticos e ideológicos con sectores europeos, en
un mundo que era dirigido de manera cabal hacia una globaliza-
ción y homogeneización económica y cultural.
No en vano además el Departamento de Estado Norteamericano
apostaba fuerte en el ámbito de la cultura como uno de los ejes
de su expansión económica e ideológica en el ambiente de la
guerra fría donde incluso el “antiarte” fue portador del sello made
in USA.50
En este ambiente social contestatario, la incorporación de
nuevas propuestas audiovisuales a partir de la expansión del
vídeo y de las nuevas “miradas” provenientes de diversos secto-
res que cuestionaban las formas más convencionales de la repre-
sentación política y también de las formas de representación de la
imagen, se logró democratizar el medio sacándolo del ámbito del
saber de los profesionales de la imagen (principalmente del cine y
la televisión), y creando nuevos modos de representación: Lo que
49. Martha Rosler, “Primera generación. Arte e imagen en movimiento (1963-1986)”. Vídeo, dejando
atrás el momento utópico. Madrid, MNCARS, 2006.
50. Ver S. Guilbaut, Hoe New Cork Store the idea of Modern Art, Abstract expresionism, Freedom and the
Cold War. Chicago: University of Chicago Press, 1983. Citado por M. Rosler, ibíd.