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Primero sólo existía el sonido mono, pero a prin-
cipios de los setenta llegó toda la revolución sonora,
con la aparición del estéreo, que permitía separar el
sonido en dos canales (derecha e izquierda), y desde
aquel momento la progresión de nuevos sistemas pa-
ra mejorar la calidad del sonido en una sala ha sido
imparable. Dolby stereo, dolby surround o THX son al-
gunos de estos sistemas de distribución sonora que
buscan el impacto y la espectacularidad sonora sobre
un espectador que ya no sólo va a un cine para ver la
imagen en pantalla grande sino para escuchar el soni-
do como nunca había imaginado.
Esta revolución de los sistemas de distribución
ha cambiado la manera de entender el sonido en el
cine: le da la importancia que merece, y ha aportado
el sentido de espectáculo y expresividad que demues-
tran filmes como Alien (1978), de Ridley Scott, o Ju-
rassic Park (1993), de Steven Spielberg. Antes de esto,
el sonido, a pesar de los esfuerzos de unos pioneros,
había sido despreciado como el hermano pequeño de
la imagen o como el tirano que esclavizó la imagen
a la palabra, pero el verdadero sonido cinematográfi-
co es absolutamente inseparable de la imagen y com-
parte las mismas posibilidades expresivas. Una ima-
gen quizás vale más que mil palabras, pero podríamos
añadir que un sonido también.