Editorial UOC 83 Capítulo I. Trabajar en la modernidad...
¿Pueden provenir de una vulnerabilidad psicológica previa los trastornos
que salen a la luz en la situación de desempleo? La evidencia empírica, por
ejemplo, de la correlación desempleo –depresión– ¿significa que el desem-
pleo resulta deprimente o bien que una depresión previa tiene efectos des-
empleantes (que predisponen a caer en el desempleo o a cronificarse en el
mismo)?
Más aún: el reiterativo descubrimiento de que el colectivo de las personas
desempleadas presenta medias, en cuanto a estado de ánimo y a autoestima, sig-
nificativamente inferiores a las del colectivo que disfruta de un contrato laboral,
puede tener, al menos, tres explicaciones razonables:
1) El desempleo deprime y rebaja la autoestima.
2) El empleo eleva los niveles de estado de ánimo y de autoestima.
3) Se da un efecto combinado de ambos procesos; lo cual hace aún más com-
prensibles las significativas diferencias constatadas entre los colectivos de personas
empleadas y los de las desempleadas.
Éstas y otras parecidas preguntas no pueden encontrar una respuesta adecua-
da ni elevando al infinito la evidencia empírica acumulada en cientos de inves-
tigaciones como las que hemos descrito. Para responderlas, hace falta seguir la
pista de los estudios longitudinales prospectivos.
4.2.4. Enfoques longitudinales
Los estudios transversales detectan diferencias entre distintos espacios dentro
de un mismo tiempo. Los longitudinales detectan cambios entre distintos tiem-
pos dentro de un mismo espacio.
Existen dos tipos de estudios longitudinales:
Los retrospectivos son aplicados una sola vez, en el mismo momento, a la mis-
mas personas, a las que se invita a que reconstruyan, desde el momento presen-
te, la memoria de sus vidas, o de una parte reciente de las mismas. Ello permite