Editorial UOC 62 Teoría de las relaciones laborales...
Taylor (1911) concibe la fábrica como una inmensa máquina, siendo los
obreros unos meros componentes de la misma.
Tal mecanismo sólo funciona adecuadamente si se le aplica un nuevo modelo
de diseño y de gestión. El empresario debe renunciar al manejo intuitivo de su
empresa, para conducirla científicamente. Esto le exige un mejor conocimiento
de las piezas de tal engranaje, que son los obreros que, con su propensión natural
a la pereza y a la holgazanería, sólo se mueven organizadamente bajo el yugo de
un doble control: el salario y la disciplina.
La remuneración económica, por unidades de producción, debe garantizar
el mínimo suficiente para la reposición necesaria de la fuerza de trabajo; pero
no debe ser excesiva, para no estimular la consabida indolencia obrera. El mo-
delo impone una rígida separación entre los que diseñan y dirigen el trabajo
y quienes lo ejecutan. No todo el mundo encaja en el perfil requerido para la
mano de obra taylorista: la minoría de las personas más inteligentes y ágiles
mentalmente no podría soportar la agotadora monotonía de un trabajo especial-
mente diseñado para ser extremadamente rutinario. El perfecto obrero forma
parte de la mayoría de la población, supuestamente más cercana al perfil psico-
lógico de una bestia de carga que al de la persona que practica la filosofía: pasivo,
apático y reactivo, con pocas luces, habituado a no pensar, dispuesto y resignado
a conformarse a los imperativos de la tarea que se le imponga, a cambio de unos
medios de satisfacción de sus elementales instintos egoístas.
La organización científica del trabajo consiste en el estudio, el diseño y la im-
plementación pormenorizados de tiempos, métodos, tareas y movimientos. Lo
que redunda en una intensificación del proceso de trabajo y, por tanto, en un in-
cremento de la productividad de la mano de obra y en una mejora de la eficiencia
del sistema.
La fragmentación y subdivisión de tareas genera, de paso, un doble efecto aña-
dido:
La disminución del poder de la minoría de obreros con oficio y con potencial
reivindicativo.
La facilitación del proceso adaptativo del personal no calificado, normalmente
recién inmigrado a Estados Unidos de principios del siglo XX.
Después de una fuerte resistencia, tanto del sector empresarial como, ob-
viamente, del sindical, acaba imponiéndose y culmina con la línea de mon-