Editorial UOC 55 Capítulo I. Trabajar en la modernidad...
adquiere un significado social nuevo: el de la explotación y dominación de una
categoría social por otra (‘amos/esclavos’).
Igualmente, la división técnica de tareas en una cadena de montaje fordista
no responde básicamente a una supuesta lógica natural de especialización de
funciones decidida en una asamblea de trabajadores motivados por su tarea, sino
a la lógica social de la productividad de un trabajo convertido en mercancía. Esta
lógica no ha sido concebida atendiendo prioritariamente a las necesidades de la
llamada fuerza de trabajo; sino, básicamente, a las de los intereses del capital y,
por tanto, a los criterios por los que se rige un determinado modelo de redistri-
bución social de los beneficios del trabajo socialmente dividido. Responde a una
estrategia minima, de minimización de los costes (tiempo y esfuerzo) de produc-
ción y de maximización de los beneficios del capital, una vez descontado el sala-
rio asignado a la fuerza de trabajo.
La contradicción básica entre la economía política clásica (Smith, Ricardo, etc.)
y el marxismo con respecto a la división del trabajo se pone de manifiesto en que
aquélla enfatiza el carácter casi natural de esta división en las sociedades humanas,
mientras que, para éste, las formas de tal división responden a la lógica de la do-
minación propia de una sociedad dividida en clases sociales. Consideraciones si-
milares resultan oportunas a propósito de cualquier tipo de división espacial del
trabajo (desde la local hasta la mundial). Por ejemplo, la división internacional del
trabajo contemporánea puede ser explicada atendiendo a diversas lógicas; pero di-
fícilmente alguna versión resultará creíble y convincente si no tiene en cuenta
contextos como el colonialismo, el imperialismo o la globalización neoliberal.
Para profundizar en esta reflexión, vamos a centrarnos en la consideración del
proceso de la natural división sexual del trabajo a la división social de género. Enten-
demos por sexo la constitución anatomofisiológica natural que diferencia los ma-
chos de las hembras. Y por género la definición cultural de los patrones masculino
y femenino de funcionamiento socialmente normales.
En una conocida postal editada por la Organización de las Naciones Unidas,
se resume un panorama significativo, a escala mundial, en la entrada al tercer
milenio:
Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial,
desarrollan la dos terceras partes de sus horas de trabajo,
reciben la décima parte del salario mundial y
controlan menos de la centésima parte de la propiedad mundial.