Editorial UOC 26 Teoría de las relaciones laborales...
natural o se está tratando etnocéntricamente de lo que es trabajar para esa sub-
especie en regresión que viene a ser el actual hombre blanco occidental, mode-
lado según el prototipo masculino, anglosajón, de clase media, de mediana edad,
protestante y urbano (alto, guapo, rico, elegante, competente, asertivo e insacia-
ble, etc.), inserto en una sociocultura dominada por el mercantilismo, el indi-
vidualismo, el productivismo y el consumismo? Esta imagen economicista y
trabajista de la naturaleza humana ¿es válida igualmente para el sur y para el
este, para las mujeres y para las personas jóvenes, o resulta una simple proyec-
ción retórica del paisaje observado por los ojos y construido por la mirada de
quien suele hablar en primera persona del plural y desde la posición de mando
sobre el tema?
Acabamos de plantearnos la necesidad de profundizar en el análisis del con-
cepto y del significado del trabajar, para ir más allá de lo que ya sabemos por
sentido común, por cultura básica y por experiencia cotidiana inmediata. Em-
pezaremos definiendo el trabajo y describiendo sus múltiples facetas; pero an-
tes nos aproximaremos al tema a través de un supuesto práctico.
Ella revisa en casa el lavavajillas que no funciona satisfactoriamente, manejando su caja
de herramientas, como lo haría el personal técnico del servicio de mantenimiento de
la compañía. Él prepara la cena, utilizando unos materiales, unos instrumentos, una in-
formación, unos criterios, unas técnicas y un arte típicos de la afamada cocina del res-
taurante de la esquina. En algunas ocasiones, se entretienen en el pequeño huerto de
la casa, cultivando tomates y claveles, con un dominio del oficio que no tiene nada que
envidiar a la profesionalidad que se supone en el centro de jardinería más importante
de la zona.
Por las noches, bañan a los niños, les sirven la cena, los acompañan a la cama y les
cuentan un cuento, antes de darles un beso de buenas noches. Sin embargo, los martes
y los jueves estas tareas las desarrolla una persona joven, que financia sus estudios ha-
ciendo de canguro, mientras nuestra pareja acude a su cita con el aeróbic, donde tratan
de imitar los rítmicos movimientos de quienes lo dirigen. Alguna que otra noche, ha-
cen el amor, una práctica que tiene algo en común con la que otras personas realizan
habitualmente en una conocida casa de citas del barrio.
El domingo por la mañana, mientras ella repasa un texto bíblico que leerá en la misa
oficiada por un sacerdote, a él le da por cantar ópera, al tiempo que trata en vano de
ajustar el nudo de su corbata. De regreso a casa, preparan el almuerzo al son de su disco
preferido de los “Tres Tenores”. Por la tarde, colaboran con una ONG dedicada a
atender necesidades de personas sin “papeles”, ayudándoles a preparar una documen-
tación que deberán tramitar a través de un gabinete de abogados.