Editorial UOC 208 Teoría de las relaciones laborales...
El corporatismo es un modelo de relaciones laborales que caracteriza a Europa, aunque
en diferente grado y con diferentes significados a lo largo del siglo XX. Así, tenemos que
considerar tres términos. El término corporatismo (“viejo”) procede del movimiento ca-
tólico (Rerum Novarum) y denota la cooperación entre sindicatos y empresarios, que
comparten intereses comunes en el nivel de sector o ramo de actividad. El objetivo de
este corportatismo católico es establecer ciertas reglas de cooperación, reforzar el mo-
nopolio de la representación empresarial y sindical en determinados sectores y la im-
plicación de los agentes sociales incluso en el ámbito nacional. Otro término es el
corporatismo de estado, propios de los regímenes autoritarios de los años treinta. Este
tipo de corporatismo trata de ser la base constitutiva de los intereses nacionales, de la
integración de los intereses de las partes y del principio de autonomía de la representa-
ción en una organización única. El Estado suprime la libertad de asociación y represen-
tación. En este sentido, el corporatismo autoritario supone una imposición de la
cooperación entre capital y trabajo en aras de la unidad nacional.
El corporatismo democrático (o neocorporatismo) se distingue por la libertad de aso-
ciación, por una importante participación de las organizaciones representativas en la
estructura del estado y por la existencia de una importante base social en la construc-
ción del consenso.
En cierto modo, hay un hilo conductor entre el corporatismo de la sociedad medieval
(asociaciones gremiales) y el actual neocorporatismo. El capitalismo rompió con los
lazos asociativos y de solidaridad de las sociedades tradicionales. Sin embargo, a fina-
les del siglo XIX el movimiento obrero, las agrupaciones religiosas, políticas y empre-
sariales propiciaron la irrupción de organizaciones como réplica a la lógica del
mercado impuesta por la economía liberal. El desorden provocado por la economía
liberal en los años treinta genera las prácticas neocorporatistas en la posguerra y tiene
como punto de partida las prácticas de intervención del Estado en la economía, ins-
piradas en las políticas keynesianas. El nuevo orden social de posguerra recompone
las relaciones con las organizaciones que median entre el Estado y el individuo. En
cierto modo, el neocorporatismo sustituye al capitalismo liberal por el capitalismo or-
ganizado. El crecimiento de las organizaciones ha sido especialmente importante des-
pués de la Segunda Guerra Mundial, circunstancia que ha propiciado un cambio
importante en la mediación de intereses y en la gobernabilidad en Europa Occidental
(Schmitter, 1988).
El neocorporatismo es un modo de agregación, articulación y mediación de in-
tereses por medio de organizaciones de representación. Las organizaciones tienen
distintas jerarquías y funciones diferenciadas.
La gobernabilidad de los sistemas políticos contemporáneos depende de la
capacidad de agregar intereses diferentes por medio de organizaciones que ar-
monizan un interés común utilizando la negociación.