Editorial UOC 202 Teoría de las relaciones laborales...
sistema en Dunlop es de carácter conservador, ya que reduce las relaciones labo-
rales a los procedimientos de reglamentación laboral, con lo cual las relaciones la-
borales aparecen como estáticas y ahistóricas.
En otras palabras, la teoría de sistemas de relaciones laborales no tiene en cuenta la asi-
metría de poderes entre los actores ni las causas que explican esa desigualdad en la
relación entre capital y trabajo. Es decir, no atiende a la estructura de clases ni al papel
que juegan la propiedad privada y el poder económico como fuentes de la desigual-
dad social. El estructural-funcionalismo tampoco presta suficiente atención a la ac-
ción y a la conducta de los sindicatos; además, carece de una perspectiva histórica que
dé cuenta de los procesos de estructuración de las organizaciones sindicales, empre-
sarios y del Estado. Esta lectura ahistórica supone una visión estática de las relaciones
laborales, que no da cuenta del proceso dinámico que suponen las relaciones de con-
flicto y pacto. Asimismo, presta suficiente atención al papel de las relaciones infor-
males, la dinámica de los pequeños grupos de trabajo y, por tanto, tiene dificultades
para explicar cuestiones tales como la motivación, los hábitos y costumbres que per-
miten elaborar leyes consuetudinarias en el trabajo.
3.2.3. Una teoría marxista de las relaciones laborales
Más allá de las críticas realizadas anteriormente, en Hyman y Edwards en-
contramos una serie de propuestas metodológicas para situar las relaciones la-
borales en el contexto de la estructura social, esto es, la necesidad de considerar
la estructura social, las relaciones de clase y las relaciones de dominación y sub-
ordinación además de tener en cuenta la propiedad del capital y su poder. Esta
mirada sobre la estructura social nos permite explicar la desigualdad y la asimetría
de poderes entre capital y trabajo. La cuestión del orden no es central. Dicho de
otra manera, en el estudio de las relaciones laborales la cuestión central no pue-
de ser el orden ni la regulación normativa del mismo, sino las relaciones de poder
y dominación que se derivan de las desigualdades de clase; las relaciones de con-
trol sobre el trabajo y las cuestiones relativas a la subjetividad y el rendimiento del
mismo. Por tanto, tres dimensiones son de interés para el análisis marxista: la es-
tructura de clases, el control del trabajo y la subjetividad.
¿Qué significan estas tres dimensiones relativas a la estructura, el control
y la subjetividad?