Editorial UOC 201 Capítulo II. Teoría sociológica...
intereses. Olvida los referentes sociales existentes en los actores de las relacio-
nes laborales. Dicho de otro modo, ofrece una visión estática, que enfatiza el
papel de las normas y la reglamentación, pero no explica los procesos de con-
flicto. De hecho, la noción central de regulación encubre cuestiones como el
poder, el conflicto y la fragilidad del equilibrio del orden en las relaciones la-
borales. Sin embargo, en todo caso, Hyman comparte la importancia de las nor-
mas y reglamentación en el trabajo, pero son insuficientes. Esta crítica también
va dirigida a Dunlop, en la medida en que la teoría de sistemas también tiene
un carácter normativo y quizá estático.
Ciertamente, las aportaciones de Kahn-Freund, Flanders y Clegg prestaron en los años
cincuenta y sesenta una mayor atención a los procesos dinámicos (“derecho vivo”) de
la reglamentación, a los cambios de las normas y marcos institucionales; de modo que
se preocuparon por cuestiones relativas al cambio de las normas y el conflicto a partir
de la reconstrucción de periodos históricos de las relaciones laborales para explicar el
cambio de las instituciones sociales.
Con todo, los autores marxistas reconocen que un mérito de la escuela de
Oxford es que ofrece una explicación sobre la diversidad y unidad de las ins-
tituciones y sus funciones, algo que no hace la teoría estructural-funcionalista.
Es decir, el pluralismo de Oxford presta atención al desarrollo de las institucio-
nes intermedias en las sociedades modernas y a temas como la racionalidad en
función de valores, en lugar de la lógica instrumental-racional como hacen las
escuelas estructural-funcionalistas.
3.2.2. Crítica a la teoría estructural-funcionalista
Para los autores marxistas, la teoría estructural-funcionalista de sistema de re-
laciones industriales constituye, en primer lugar, un sistema jurídico-formal
orientado al estudio de las normas para contener y controlar el conflicto, que ol-
vida el estudio de los procesos por medio de los cuales se generan los desacuerdos
y los conflictos. Segundo, el modelo sistémico de Dunlop enfatiza el manteni-
miento y el equilibrio del orden como un orden exógeno a los propios actores so-
ciales. El énfasis en el orden y la centralidad de las normas supone dejar de lado
otras cuestiones estructurales como el poder y la propiedad. Tercero, la noción de