Editorial UOC 197 Capítulo II. Teoría sociológica...
En pocas palabras, el conflicto tiene funciones positivas siempre y cuando no
contradigan los supuestos básicos en los que se cimienta la relación; tiende a re-
sultar positivamente funcional para la estructura social.
“Tales conflictos propenden a posibilitar el reajuste de las normas y de las relaciones de
poder dentro de los grupos, de acuerdo con las necesidades de sus miembros individua-
les o de los subgrupos.”
L. Coser (1956). Las funciones del conflicto social (pág. 173). México: Fondo de Cultura
Económica, 1961.
Otro autor neofuncionalista, John Rex (1981), conecta la obra de Coser con la
de Ralph Dharendorf, Las clases sociales y su conflicto en la sociedad industrial, pu-
blicada en 1957, a modo de crítica y contestación al estructural-funcionalismo.
De hecho, Dharendorf resume un diálogo teórico entre el estructural-funcionalis-
mo y el marxismo clásico; toma elementos de ambos. La comparación entre estas
dos perspectivas distintas nos trata de ofrecer una nueva teoría dialéctica entre el
conflicto y la integración, de la estabilidad y del cambio, de la coacción y el consen-
so, para tratar de explicar la desigualdad y la lucha de clases, así como la institucio-
nalización del conflicto en el capitalismo avanzado.
La institucionalización del conflicto en la sociedad postindustrial3 consiste
en reconocer los intereses en conflicto; este hecho supone un salto importante
con respecto al debate de los años treinta en relación con el reconocimiento de
los sindicatos y de la negociación colectiva. En este sentido, la perspectiva del
neofuncionalismo radical o perspectiva “conflictivista no-marxista”, como a ve-
ces se denomina esta corriente, admite teóricamente la lucha de clases por dife-
rentes intereses. Esta lucha de clases constituye el motor del cambio social. El
cambio social depende de la envergadura del conflicto, es decir, de la propor-
ción de individuos implicados en él. Asimismo, el cambio está relacionado con
la amplitud, importancia y consecuencias del cambio estructural. Otra cuestión
3. Este término aparece por primera vez en 1969, en la obra de Alain Touraine, La sociedad postindus-
trial. (Barcelona: Ariel), y después en la de Daniel Bell, El advenimiento de la sociedad postindustrial.
(Madrid: Alianza). La tesis central es que la fuente del cambio estructural está en el conocimiento. En
la sociedad industrial avanzada se registra un crecimiento exponencial del conocimiento, una cre-
ciente diferenciación en las ciencias. Las características distintivas de la sociedad postindustrial son:
a) el tránsito hacia una economía de servicios; b) una distribución ocupacional con preeminencia de
la clase de profesionales y ténicos; c) primacía del conocimiento teórico como fuente de innovación
y de gobierno.