Editorial UOC 165 Capítulo II. Teoría sociológica...
ducción de una división técnica del trabajo más severa, la descomposición y
simplificación de las tareas, reducidas a movimientos simples y repetitivos, la
separación del trabajo intelectual del trabajo manual. En pocas palabras, la des-
trucción del oficio. Este proceso comporta dos hechos significativos para las re-
laciones laborales:
1) Por un lado, la destrucción del oficio comporta la reducción de los tiem-
pos de formación de la mano de obra; por ejemplo, en la fábrica de automóviles
Ford (Detroit) en 1914, el 79% de las tareas se aprendía en menos de una semana
(Coriat, 1981). La reducción del tiempo de aprendizaje supuso un profundo
cambio en el perfil de las cualificaciones. Prácticamente se eliminó el requisito
de la cualificación inicial para entrar a trabajar. Sólo con un breve adiestramien-
to se podían obtener las habilidades necesarias para trabajar en la cadena de
montaje. Esta reducción de los tiempos de formación permitirá abrir las puertas
de la fábrica a las masas de nuevos trabajadores industriales, a la mano de obra
descualificada, sin conocimientos de oficio y de procedencia rural y sin cultura
industrial.
2) Por otro lado, la destrucción del oficio irá acabando con los sindicatos
de oficio, con la llamada “aristocracia obrera”. En su lugar emergen los sindi-
catos de masas y generales para todos los trabajadores, sin tener en cuenta ya
el oficio ni imponer restricciones a la entrada del trabajo ni periodos de apren-
dizaje. Ahora la gestión empresarial de la mano de obra tiende a homogenei-
zarse. Los puestos de trabajo son muy similares, normalizados, estandarizados
y jerarquizados por coeficientes asignados a las tareas. Es decir, también se
tienden a homogeneizar las condiciones de trabajo, los métodos de medición
del rendimiento, los métodos de primas salariales, el establecimiento de la jor-
nada laboral, descansos, etc. En otras palabras, ahora son también las grandes
empresas las que necesitan tener un interlocutor colectivo para negociar y
construir el orden en el centro de trabajo. Esta necesidad será cada vez más im-
portante a medida que las empresas aumentan de tamaño y concentran un
mayor volumen de mano de obra, lo que a su vez propicia la formación de in-
tereses colectivos basados en la misma experiencia material de trabajo. Este
proceso favorece la formación de la conciencia colectiva como base del nuevo
sindicalismo general y de masas.