Editorial UOC 164 Teoría de las relaciones laborales...
comités de empresa, la extensión de los derechos de consulta de los trabajado-
res, así como la creación de instituciones que reforzasen el diálogo social en el
ámbito nacional.
En este proceso juega un papel estimulante la Revolución Rusa (1917), ya
que el capitalismo necesita marcar un contrapunto frente al comunismo. El ca-
pitalismo se debe dotar de instituciones sociales que propicien el diálogo y la
negociación. Así, nos encontramos con experiencias pioneras en los países es-
candinavos, donde el estado impulsa la consulta. En Bélgica impulsa la nego-
ciación colectiva y en Gran Bretaña ya se llevan a cabo negociaciones colectivas
desde 1919. La economía de posguerra exigía en esos momentos estabilidad so-
cial y atenuación del conflicto de clases, por ello se recurre en algunos países al
reconocimiento de los sindicatos, que se veían influenciados, y a veces en cri-
sis, por el auge del comunismo. En algunos países comienza a emerger el lla-
mado corporatismo liberal o democrático, con la constitución de sistemas de
consulta en el ámbito del estado en algunos temas de relevancia sobre las rela-
ciones laborales, la introducción de procedimientos de mediación en el con-
flicto, en menor medida la participación de los sindicatos en la gestión de los
sistemas de pensiones y el reconocimiento de representación de intereses plu-
rales. A diferencia del escenario anterior, ahora se pone de relieve el paso de la
extensión de la negociación en el ámbito empresarial, la disminución de la ne-
gociación en el ámbito local y el aumento de la negociación en el ámbito de
sectores y nacional, así como una mayor implicación del Estado en las relacio-
nes laborales.
Sin embargo, las reacciones a la revolución son diversas y contribuyen a ge-
nerar también el auge del corporatismo autoritario. En Italia, los sectores indus-
triales y propietarios agrarios impulsan el fascismo, cuyos rasgos consisten en el
desarrollo de una ideología de integración nacional, la armonización de los in-
tereses de clases, la unidad de los intereses nacionales bajo un nuevo orden, la
supresión de las organizaciones sindicales autónomas y una Carta del Trabajo
(1927). Posteriormente, el corporatismo autoritario se extiende por Portugal
(1924), Alemania (1933), Austria (1938) y España (1926, 1939).
Por otra parte, para que podamos entender mejor las razones que inducen
a aceptar la negociación colectiva, hay que tener en cuenta también el papel
que juega la transformación del trabajo y del sindicalismo. En esta segunda
etapa se extiende la organización taylorista del trabajo, lo que supone la intro-