Editorial UOC 162 Teoría de las relaciones laborales...
sociedad y evitar la disgregación. El derecho y la moral laica tienen por objeto el
logro de la justicia social. Esta noción de justicia social es una fórmula de regula-
ción del antagonismo entre capital y trabajo para evitar el conflicto.
En otras palabras, Durkheim trata de evidenciar que la división del trabajo
no genera por sí sola solidaridad orgánica, a pesar de que dicha división del tra-
bajo supone una interdependencia funcional entre las distintas actividades pro-
fesionales. Al contrario, la división del trabajo en el capitalismo puede generar
desorden y ruptura de la cohesión social. En este sentido, la obra de Durkheim
constituye una crítica a la visión de la economía clásica y al utilitarismo, y en
particular se trata de una crítica abierta al mercado como disolvente de los lazos
comunitarios.
Por consiguiente, la desarticulación social acarreada por el mercado supuso
acentuar las diferencias sociales entre 1879 y 1929. El desempleo y la pobreza
son expresiones de ello. Asimismo, las crisis de 1913 a 1920 y la gran crisis de
1929 están asociadas a la desarticulación social, al dominio del mercado sobre
las instituciones sociales y a la subordinación de la sociedad a la economía. La
gran ficción de la economía clásica es precisamente convertir el trabajo en una
mercancía: desposeer el trabajo de la subjetividad y la voluntad del hombre. Así,
el trabajo-mercancía constituye un factor más de la producción, lo que supone
una operación abstracta mediante la cual se separa al hombre de su propio tra-
bajo. Como nos sugiere Marx, cosificar o reificar al trabajo supone la alienación
del hombre. Por el contrario, la propuesta teórica de Marx consistiría en distin-
guir entre fuerza de trabajo y trabajo. La idea de fuerza de trabajo supone con-
siderar la voluntad y la subjetividad del hombre, mientras que trabajo se asocia
a trabajo efectivo y rendimiento. Por ello, para convertir la fuerza de trabajo en
trabajo efectivo, el capital necesita una organización del trabajo, una disciplina
laboral para extraer rendimiento a la fuerza de trabajo.
En Max Weber encontramos una noción pesimista sobre el trabajo. La racio-
nalización capitalista del trabajo comporta su creciente división y fragmenta-
ción, así como su sometimiento a pautas normativas y burocráticas. Las bases de
dicha racionalidad son el cálculo, la medición del rendimiento y el control del
trabajo. La modernidad supone una tendencia hacia la racionalización y subor-
dinación del trabajo al control del capital. El trabajo está encerrado trágicamen-
te en la “jaula de hierro” normativa propiciada por la organización científica del