Editorial UOC 64 Teoría de las relaciones laborales...
laborales adquieren una nueva configuración, así como un nuevo estatus en su
relación con la organización y con el capital:
“Las relaciones sociales entre el capital y el trabajo se han transformado en profundi-
dad. En su núcleo, el capital es global. Como regla, el trabajo es local. El informacio-
nalismo, en su realidad histórica, lleva a la concentración y globalización del capital,
precisamente mediante la utilización del poder descentralizador de las redes. Se des-
agrega la realización del trabajo, se fragmenta su organización, se diversifica su exis-
tencia, se divide su acción colectiva. Las redes convergen hacia una metarred de
capital que integra los intereses capitalistas a escala global y a través de sectores y ám-
bitos de actividad: no sin conflicto, pero bajo la misma lógica abarcadora [...].
El Capital y El Trabajo tienden a existir cada vez más en espacios y tiempos diferen-
tes: el espacio de los flujos y el espacio de los lugares, el tiempo inmediato de las
redes informáticas frente al tiempo de reloj de la vida cotidiana. De esta forma, vi-
ven el uno por el otro, pero no se relacionan entre sí [...]. El Capital tiende a escapar
en este hiperespacio de circulación pura, mientras que el trabajo disuelve su entidad
colectiva en una variación infinita de existencias individuales. En las condiciones
de la sociedad red, el capital se coordina globalmente; el trabajo se individualiza.
Más allá de esta dicotomía fundamental, sigue existiendo una gran diversidad social,
compuesta por las apuestas de los inversores, los esfuerzos de los trabajadores, el in-
genio y el sufrimiento humanos, los contratos y los despidos, los ascensos y descen-
sos, los conflictos y las negociaciones, la competencias y las alianzas.”
M. Castells (1997-2000). La era de la información (vol 1, pág. 555). Madrid: Alianza.
Aunque los puestos de trabajo están básicamente anclados en espacios loca-
les, Castells observa una tendencia histórica hacia la interdependencia de la
mano de obra a escala global, por el efecto combinado de varios factores. Entre
éstos, encontramos los siguientes:
el carácter transnacional y transfronterizo de muchas organizaciones empre-
sariales;
el impacto del marco global del comercio internacional sobre el empleo y las
condiciones de trabajo;
las repercusiones de la competencia internacional y del modo de gestión
flexible sobre la mano de obra disponible y empleable a escala local y estatal;
la existencia de un mercado global para un segmento específico de la mano
de obra, integrado por la elite del personal altamente cualificado en los más
variados ámbitos profesionales;