Editorial UOC 51 Capítulo I. Trabajar en la sociedad...
mientras que el trabajo disuelve su entidad colectiva en una variación infinita de exis-
tencias individuales. En las condiciones de la sociedad red, el capital se coordina glo-
balmente; el trabajo se individualiza. La lucha entre los diversos capitalistas y las
clases obreras heterogéneas se subsume en una oposición aún más fundamental entre
la lógica descarnada de los flujos de capital y los valores culturales de la experiencia
humana.”
M. Castells (1997-2000). La era de la información (vol 1, pág. 555). Madrid: Alianza
En este nuevo entorno económico informacional emerge una nueva división
del trabajo, que Castells (1997-2000) esquematiza en una tipología estructurada
en torno a tres dimensiones:
a) En cuanto al proceso de trabajo organizado en torno a la tecnología de la
información, aparecen los siguientes perfiles laborales y sus correspondientes
tareas:
Mandos, ‘dedicados a la toma de decisiones estratégicas y a la planifica-
ción’.
Investigadores, a quienes ‘compete la innovación en productos y procesos’.
Diseñadores, consagrados a la “adaptación, presentación y selección del
objetivo de la innovación”.
Integradores, especializados en la “gestión de las relaciones entre la deci-
sión, la innovación, el diseño y la ejecución, teniendo en cuenta los me-
dios de que dispone la organización para lograr las metas establecidas”.
Operadores, cuya función consiste en la “ejecución de tareas bajo su ini-
ciativa y entendimiento propios”.
Operados (o ‘robots humanos’), cuya misión se reduce a la mera ejecución
mecánica de “tareas auxiliares y preprogramadas que no se han automa-
tizado o no pueden serlo”.
b) En lo que concierne a la capacidad de conexión de los trabajadores en
tiempo real con otros empleados dentro de la misma organización o en el marco
general de la empresa red, aparecen tres posiciones básicas:
Trabajadores en red, ‘encargados de establecer conexiones por su iniciati-
va, navegando por las rutas de la empresa red’.