Editorial UOC 267 Capítulo II. Actores y modelos...
8.3.3. Estilo de gerencia integradora en la empresa
En tercer lugar, podemos distinguir a los empresarios que llevan a cabo una
gestión más moderna y sofisticada. Reconocen el papel del sindicato en el in-
terior de la empresa y lo implica en ciertos procesos de participación y deci-
sión. Sin embargo, al mismo tiempo, esto también supone un cierto retorno a
los principios de gestión individualizada. Este modelo de gestión lo denomi-
nan Maurice, Sellier y Silvestre como modelo gerencial de “mucha confianza”
(particularmente visible en el caso alemán). Consiste en una organización del
trabajo sin una excesiva fragmentación de su contenido. Esto otorga más dis-
crecionalidad a los puestos de trabajo y hacen que el mismo sea más partici-
pativo. Este modelo se acompaña de un proceso de formación polivalente de
la fuerza de trabajo, una estrecha colaboración entre los centros de formación
profesional y las empresas y una jerarquía con escalones reducidos. Esta cul-
tura gerencial facilita la implicación del trabajador con las tareas y una impor-
tante cualificación profesional, y aporta flexibilidad y movilidad interna de la
plantilla.
Desde los años ochenta, y por medio de las nuevas formas de gestión de los
recursos humanos, las grandes empresas propician los siguientes elementos
(con más o menos éxito y más o menos dificultades):
los estilos de gestión de participación directa, implicación y motivación en
el trabajo (de forma individual o en pequeños grupos),
programas de mejora de la calidad del trabajo,
estrategias de comunicación para reforzar la identificación del trabajador
con la empresa y
planes de formación y carrera para facilitar la promoción de parte de la plan-
tilla (profesionalmente cualificada) en el organigrama jerárquico.
Esta forma de gestión laboral individualizada no excluye necesariamente el
sindicato, aunque sí lo hace en algunos casos, como ocurre en determinadas
empresas de Estados Unidos, donde se habla de la idea de relaciones laborales
sin sindicatos (Kochan; Katz; Mckersie, 1993).
En pocas palabras, desde los años ochenta estaríamos asistiendo a una diver-
sificación en la gestión de la fuerza de trabajo. Así, estaríamos ante el retorno de