Editorial UOC 265 Capítulo II. Actores y modelos...
para referirse a la conexión de la pequeña empresa con el territorio, con la co-
munidad local y con las redes sociales de parentesco y vecindad, así como los
valores tradicionales del paternalismo. La naturaleza de las relaciones labora-
les en las pequeñas empresas es ambigua y tiende a la informalidad. La proxi-
midad física entre empresario y empleado, la vida cotidiana, la existencia de
relaciones amistosas, directas y de confianza con el patrón, por un lado, y por
otro la casi inexistencia de roles claramente diferenciados son aspectos que
hacen crear sospechas y recelos de la actividad sindical o incluso de la simple
reclamación para aplicar el derecho laboral. Otro elemento que contribuye al
carácter ambiguo y contradictorio de las relaciones laborales en las pequeñas
empresas es la precariedad en el mercado de trabajo y la inestabilidad del em-
pleo, lo cual difumina los límites entre la economía legal y la economía su-
mergida.
En pocas palabras, las relaciones laborales adoptan, como consecuencia de
todo ello, una tendencia a la identificación del trabajador con determinadas
expectativas del empresario. Al mismo tiempo, la inseguridad y la inestabili-
dad del entorno económico rodean a la empresa. La confusión de estos ele-
mentos provoca relaciones de cooperación, de pacto y acuerdos tácitos. Sin
embargo, las fronteras entre lo personal y lo laboral, y entre lo contractual y
lo ilegal, se perciben de forma borrosa, difusa. La informalidad está vinculada
a dicha naturaleza de las relaciones cotidianas y ambiguas. Los trabajadores
de las pequeñas empresas se tienden a autorrepresentar como individuos ais-
lados, más vinculados a la empresa que al entorno y que a los sindicatos. El
futuro lo perciben más en términos de amistad y colaboración con el jefe que
por medio de procedimientos regulados y formalizados. El conflicto en las pe-
queñas empresas es poco significativo, y se diluye en su interior; raramente
está conectado con el exterior. El hecho de la individualización de las relacio-
nes favorece la solución individual de los acuerdos, o simplemente los solapa.
Los sindicatos apenas tienen presencia en las pequeñas empresas, lo cual no
significa un rechazo a los mismos. La ausencia de los sindicatos es también con-
secuencia de la ambigüedad y de la contradicción. Por un lado, el alejamiento de
los sindicatos se vive como una sensación de alivio, en el sentido de que el traba-
jador no tiene que enfrentarse directamente con el empresario. La actividad co-
lectiva está en contradicción con las formas de relaciones individualizadas. No