Editorial UOC 260 Teoría de las relaciones laborales...
empresarial individual: significa una limitación para su prerrogativa empresarial
proveniente de las asociaciones empresariales que representan sus intereses. Por
tanto, las diferencias entre los intereses de los representantes y los intereses de los
representados se muestran de forma amplificada para los empresarios, incluso a
veces con mayor distancia de la que se da entre los sindicatos y los trabajadores.
Cada organización de representación de intereses sólo tiene un punto óp-
timo de equilibrio: el de la máxima satisfacción de los intereses organizativos
compatible con el mínimo de satisfacción de los intereses de los representados.
Sin embargo, esta hipótesis es sólo válida para la defensa de los sindicatos, por
cuanto la defensa de los intereses de los trabajadores depende exclusivamente
de su capacidad de organización y acción colectiva. Los intereses que refuerzan
la organización prevalecen sobre los intereses de sus afiliados. Por el contrario,
en el caso de los empresarios, la defensa de los intereses y del poder económico
individual de la empresa (especialmente grandes empresas) depende menos de
los intereses colectivos.
Por consiguiente, los intereses para reforzar el poder organizativo de las aso-
ciaciones empresariales tienen un menor peso que los intereses inmediatos de
la base. En otras palabras, las asociaciones empresariales se caracterizan por el
minimalismo, que consiste en ‘mantener un nivel mínimo indispensable de su
dimensión organizativa, para dejar al empresario individual amplios márgenes
de actuación’.
2) Unidad y división
Otra razón por la cual la acción colectiva de los empresarios resulta más pro-
blemática que la de los trabajadores estriba en que detentan la propiedad de los
medios de producción y son responsables de su gestión.
Los empresarios no pueden limitarse a la defensa de sus intereses de clase
como empleadores, sino que deben defender, en tanto que emprendedores, sus
intereses relacionados con la producción en el mercado de productos, de mate-
rias primas y de capital. Estas dos lógicas de la acción empresarial marcan impe-
rativos y estrategias muy diferentes a las de los sindicatos. De ahí que en muchos
países europeos encontremos separadas funcionalmente las asociaciones de em-
presarios: por un lado, las asociaciones de empleadores (employers associations)
y por otro lado las asociaciones comerciales o de emprendedores (trade associations).
Las primeras se ocupan de la negociación colectiva, de la política social y de las