Editorial UOC 252 Teoría de las relaciones laborales...
sarios no pueden permanecer inactivos ante los cambios que se producen en la
política. Se percatan de la necesidad de disponer de asociaciones fuertes para re-
clamar un puesto de poder, y negociar en el nuevo espacio de interlocución tri-
partito que supone el nuevo modelo keynesianofordista. Sin embargo, uno de los
problemas con que se encuentran las asociaciones empresariales es la aceptación
de su papel como actor social legitimado. A esta legitimación contribuyen, sin du-
da, las políticas socialdemócratas de los años sesenta.
No obstante, de hecho, posiblemente hasta los años setenta, los empresarios
europeos han actuado más como grupos de presión que como actores sociales co-
lectivos propiamente dichos. Es decir, intervenían en las decisiones de los gobier-
nos con el fin de obtener ventajas para sus intereses económicos. Sin embargo, a
partir de la crisis y reestructuración industrial de los años setenta y ochenta, las
asociaciones empresariales han asumido un papel colectivo de carácter más po-
lítico y social, al menos relativamente distinto al de antaño.
Por ejemplo, de hecho, como observa Lanzalaco (1995, pág. 111), el estudio
de las relaciones laborales ha cambiado de foco (o centralidad): se pasa de la con-
cepción del sindicalismo como motor de la dinámica interna de las relaciones la-
borales a prestar atención a la orientación de las políticas de las asociaciones
empresariales, al conocimiento de las estrategias y de los estilos de gerencia. In-
cluso, desde los años ochenta, la nueva centralidad o nuevo foco de atención es
la dinámica de las relaciones laborales en el ámbito de empresa, es decir, la relación
directa entre empleadores y empleados. En otras palabras, se pasa de la centra-
lidad explicativa puesta en las relaciones sistémicas al estudio de las estrategias
de los agentes.
8.2. Tipos de la acción empresarial
Los empresarios pueden actuar de dos formas. En primer lugar, individual-
mente, como dirigentes de empresas, o colectivamente, por medio de estructu-
ras organizativas o en coaliciones, tales como las asociaciones, los carteles,
consorcios, conglomerados y grupos de presión. En segundo lugar, los empresa-
rios también pueden actuar como empleadores cuando operan o actúan sobre
el mercado de trabajo o en confrontación con los trabajadores y los sindicatos.
Igualmente, pueden actuar como hombres emprendedores cuando intervienen