Editorial UOC 23 Capítulo I. Trabajar en la sociedad...
la locomotora que ha venido arrastrando los vagones de las ciencias sociales y
humanas hacia la meta de los modelos explicativos y predictivos de los fenóme-
nos y procesos considerados. Por medio de ésta, el mundo aparece regido por
una racionalidad natural, que lo hace comprensible científicamente, controla-
ble técnicamente y manejable económica, social y políticamente, al servicio de
los intereses humanos individuales y colectivos, privados o públicos.
En este panorama, regido por el principio de la certidumbre, todo parece de-
pender de la posesión de la voluntad de hacer las cosas (‘querer’), de los conoci-
mientos adecuados (‘saber’) y de los recursos suficientes (‘poder’). El protagonista
de este mundo es un sujeto humano individual supuestamente racional, libre
y autónomo, que actúa en una historia concebida como un proceso lineal,
abierto y progresivo, donde cada cual sabe dónde está, de dónde viene, hacia
dónde va y con qué cuenta para ello. Así pues, vive en un mundo predecible,
controlable y, por ello mismo, confortable.
Pues bien, es el conjunto de este moderno megadiscurso metaprogramático
lo que está siendo relevado por otro, de signo post (posmoderno, postindus-
trial, postsalarial, post estado nacional, etc.). Se trata de un proceso distinto
de las simples transiciones entre etapas dentro de un mismo sistema, que sue-
len ser representadas y vividas como crisis pasajeras, generadoras de cierto gra-
do de desconcierto y desasosiego, que reducen pero no anulan el trasfondo de
certidumbre ni la impresión de seguridad que genera la creencia compartida
de convivir en un mundo razonable, predecible y controlable y de progresar
históricamente en el rumbo correcto.
Las metamorfosis socioeconómicas y laborales se desarrollan en varios pla-
nos y a diferentes ritmos:
1) Los cambios operados en determinadas variables como las tasas de activi-
dad, ocupación y paro o la de inflación (al igual que la evolución del índice de
los precios del consumo, de los valores cotizados en bolsa, de los tipos de interés
o de cambio o de los parámetros del balance de los sectores público, exterior o
comercial) son observables en el corto plazo, y suelen tener carácter coyuntural
e implicaciones tácticas, sin que por ello resulten plenamente predecibles.
2) En otros campos –como los de las políticas sociolaborales, demográficas,
educativas o sanitarias–, los cambios en forma de efectos identificables sólo apa-