Editorial UOC 228 Teoría de las relaciones laborales...
clima sindical depresivo, cuyas principales expresiones son el aumento del des-
empleo, la reestructuración industrial, la reducción de plantilla y la reducción
del poder adquisitivo de los salarios.
Un tercer periodo (entre 1986 y 1991), donde de nuevo vuelve a crecer la afilia-
ción, ahora estimulada por el crecimiento del empleo (aunque sea temporal)
y la mejora de las expectativas económicas, aunque en esta etapa rebrota la
conflictividad laboral.
Un cuarto periodo (entre 1992 y 1996) se puede observar un periodo de es-
tabilidad en las tasas de afiliación, a pesar de que retrocede el empleo entre
1991 y 1994.
Sin embargo, a partir de este ultimo año se inicia una senda de crecimiento
económico y crecimiento del empleo, lo que teóricamente debería empujar al cre-
cimiento de la afiliación. No obstante, no ocurre así porque buena parte del empleo
sigue siendo temporal. La temporalidad supone una fuerte rotación de la afiliación
sindical. Los trabajadores (especialmente jóvenes) se afilian, pero después se desafi-
lian cuando finalizan el contrato o cambian de empresa. Es decir, entran y salen del
sindicato y en algunos casos retornan: se vuelven a afiliar en otras ramas de activi-
dad. En definitiva, la temporalidad no permite consolidar la afiliación de los jóve-
nes y las mujeres.7
Tabla 6. Afiliación sindical en España7
Años Miembros
absolutos Tasa de afiliación % UGT % CCOO %
1977 1.622.900 17,3 25,8 33,0
1978 2.457.100 26,0 29,6 37,0
1979 2.088.200 22,0 32,9 30,2
1980 1.180.800 12,3 30,3 40,9
1981 1.085.500 11,2 30,4 43,0
1982 1.087.100 11,0 34,7 41,6
1983 1.128.300 11,3 36,6 40,1
1984 1.078.100 10,7 35,3 39,8
7. A pesar de la baja afiliación, la influencia de los sindicatos es mayor que la que nos indican los
datos de afiliación. Los indicadores de su influencia los tenemos en las altas tasas de cobertura (78%)
de la negociación colectiva, que extienden su eficacia por medio de la cláusula erga omnes.