Editorial UOC 193 Capítulo I. Trabajar en la sociedad...
respectivas de las personas empleadas y desempleadas, y condenando a una ob-
solescencia progresiva conceptos modernos tan venerables como los de sistema
salarial o de pleno empleo.
Sintetiza, condensa y amplifica algunos de los problemas psicosociales asocia-
dos al empleo y también al desempleo. En este sentido, no consiste en un mero
asunto individual, es decir, un problema personal de inadaptación individual al
mercado laboral, sino en una cuestión social, un problema estructural de inade-
cuación del sistema para satisfacer la demanda individual de puestos de trabajo.
La precariedad laboral es un problema de salud pública y de vulnerabilidad
social. Se vislumbra como una especie de “caja negra” sociohistórica: síntesis de
caja de Pandora (de la que emanan nuevos problemas) y de agujero negro (que
se traga viejas soluciones). Una especie de bomba de relojería global.
No es un efecto natural, espontáneo, inevitable e inherente a cualquier mode-
lo de desarrollo económico y sociolaboral, sino que es un engendro históricamen-
te concreto y específico del infocapitalismo global de matriz neoliberal. En tanto
que resultado de una elección ideológica, no representa en modo alguno un mero
accidente pasajero, ni tampoco una catástrofe natural inevitable e irreversible,
sino un imperativo estructural y funcional del mercado de trabajo neoliberal. Está
diseñado como factor de crecimiento y de competitividad económicos, con el
consiguiente contrapunto social de un trabajo precario realizado en condiciones
generadoras de malestar.
Estando así las cosas en los tiempos que corren, las promesas de pleno empleo
de la población activa en puestos de trabajo estables, de calidad y de jornada com-
pleta, encierran, según contextos, algo de anacronismo, inercia, nostalgia, mio-
pía, espejismo posmoderno y música celestial de fin de campaña electoral; pero
también, en ciertos casos, ilusión, espíritu de resistencia y voluntad de cambio.
4.4. Agenda para el análisis y el debate
Cuando el empleo ya no aparece como la llave universal, la puerta obligada,
el camino preceptivo ni el puerto seguro, conviene hacerse preguntas como las
siguientes:
El empleo, ¿merece la consideración de panacea social universal?