Editorial UOC 170 Teoría de las relaciones laborales...
Sin embargo, como sugieren Gracia, Martínez-Tur y Peiró (2001), basándose
en una revisión de la literatura especializada al respecto, la situación resulta a me-
nudo más compleja de lo que se podría suponer aplicando simples criterios este-
reotípicos, por lo que cabe tener en cuenta circunstancias como las siguientes:
1) En determinadas empresas, personal el inestable realiza tareas “centrales”.
2) El personal periférico no constituye una masa uniforme ni homogénea.
Diferentes tipos de personas tienen diversos tipos de necesidades, aspiraciones
y expectativas.
3) Algunos sectores del personal empleado prefieren una relación contrac-
tual flexible a otra de tipo tradicional, por lo que la inestabilidad no es vivida
por ellos como una maldición, sino como una elección.
4) El que una empresa no garantice estabilidad estática (carrera laboral en
una misma organización) no significa que no pueda ofrecerle al personal una
estabilidad dinámica, como base para una trayectoria laboral flexible. Mediante
formación y experiencia profesionales, una persona puede mejorar su currículo,
aumentar su empleabilidad y aprovechar al máximo sus oportunidades de reco-
locación (outplacement) en otras empresas.
5) Dentro de los grupos de trabajo de una misma empresa, pueden colaborar
personas con contratos psicológicos distintos.
Todos estos factores dan una idea de la complejidad de la gestión de los “con-
tratos psicológicos” en el marco de organizaciones y de relaciones laborales flexi-
Figura 11. El descontrato psicológico
No podemos prometer:
cuánto tiempo seguiremos en funcionamiento,
que no seremos comprados por otra empresa,
que habrá oportunidades de ascenso,
que su trabajo existirá hasta su jubilación,
que habrá dinero para su pensión.
No podemos esperar:
su lealtad eterna y, además,
no estamos seguros de quererla.
Paráfrasis y condensación que hemos realizado del mensaje expuesto en el
tablón de anuncios de una empresa en proceso de flexibilización, según Hall
y Mirvis (1995) (citados por P.M. Muchinsky (2000). Psicología Aplicada al
Trabajo (pág. 442). Madrid: Paraninfo).