Editorial UOC 168 Teoría de las relaciones laborales...
suele denominar experiencias óptimas (asociadas a la percepción de elevados de-
safíos para afrontar los cuales se dispone de las competencias personales y pro-
fesionales adecuadas), un empleo precario suele conllevar más bien experiencias
pésimas, generadoras de malestar.
Tampoco se puede considerar que el empleo precario sea una fuente de altos
niveles de libertad, ni que ofrezca grados aceptables de variedad de alternativas,
ni que un entorno laboral inestable, regido por la provisionalidad, resulte el me-
jor de los contextos para las relaciones interpersonales entre agentes laborales
que no saben si en la semana siguiente seguirán siendo compañeros de trabajo.
3.3.3. Minimización del contrato psicológico
Un contrato laboral encierra un conjunto de obligaciones recíprocas entre
las partes contratante y contratada que lo suscriben. Sin embargo, en las orga-
nizaciones laborales típicas de mediados del siglo XX, el trato no termina ahí. A
estas prescripciones formales y explícitas subyace un conjunto de compromisos
tácitos y de expectativas latentes; pero no por eso menos reales ni consistentes
(ver Alcover, 2002; Rousseau y Schalk, 2000).
Por contrato psicológico entendemos esta especie de convenio socioemocional
implícito establecido entre las partes que, sin estar escrito ni tener eficacia jurí-
dica, ha sido tradicionalmente objeto de una alta valoración moral por ambas.
En una relación contractual que, por cultura organizacional y por experiencia
compartida, se supone estable y predecible, la parte contratada aporta un com-
promiso psicológico de fidelidad y lealtad al que la empresa corresponde, a su
vez, con la garantía moral de la seguridad de permanencia en el puesto, en un
ambiente de confianza mutua.
Efectivamente, el capitalismo industrial de la época keynesiano-fordista ofrecía
al personal empleado en las empresas un marco espaciotemporal estable y prede-
cible; lo que le permitía establecer, de paso, un proyecto de carrera por el que dis-
currir a lo largo de la vida laboral, el consabido compromiso recíproco de lealtad,
fidelidad y confianza con la organización contratante, un sentido de identidad
profesional, un sentimiento de pertenencia a un colectivo laboral y el desarrollo
de una cascada de experiencias relacionadas con las funciones del empleo estable.