Editorial UOC 156 Teoría de las relaciones laborales...
3.2.5. Milenios intergeneracionales: de Enrico a Rico
y de María a Mar
El contraste entre las respectivas circunstancias laborales de un padre y su
hijo bostonianos y el de las de una madre y su hija barcelonesas nos permitirá
profundizar en el conocimiento del impacto psicosocial de la inestabilidad del
mundo del trabajo.
1) De Enrico a Rico
Richart Sennet (1998) compara el perfil psicosociolaboral de un padre, al que
llama Enrico, con el de su hijo Rico. Enrico, portero de profesión, había sido en-
trevistado en los años setenta por el sociólogo. Veinticinco años más tarde, el azar
convierte en compañeros de viaje, en un vuelo transoceánico, al mismo entrevis-
tador con Rico. La primera impresión que da Rico es la de un personaje cuyo éxito
profesional representa la materialización de los sueños del viejo portero: la ascen-
sión en la escala social. Sin embargo, a lo largo de la charla, Sennet va descubrien-
do que la historia de Rico no es una historia totalmente feliz para él.
Vamos a resumir esta historia, extractando literalmente los pasajes y párrafos
más centrales del capítulo que le dedica el autor.
“Lo que más me sorprendió de Enrico y su generación fue cuán lineal era el tiempo
en su vida: año tras año en empleos que raramente presentaban cambios en lo coti-
diano; en ese tiempo lineal, los logros eran acumulativos. Enrico y Flavia comproba-
ban todas las semanas cómo crecía su cuenta de ahorros. Medían su vida doméstica
por las diversas mejoras y añadidos que hacían en su casa. Además, la época que vi-
vían era predecible. Las sacudidas de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mun-
dial habían quedado atrás; los sindicatos protegían sus puestos de trabajo. Por eso,
aunque en el momento en que lo conocí, Enrico apenas tenía cuarenta años, ya sabía
exactamente cuándo iba a jubilarse y con cuánto dinero contaría entonces. [...] Enri-
co diseñó para sí mismo un relato perfectamente claro en el que la experiencia se acu-
mulaba desde el punto de vista material y psíquico; su vida, por tanto, tenía sentido
en cuanto narración lineal. Aunque un esnob evitaría a Enrico por aburrido, él expe-
rimentaba los años como una historia dramática que avanzaba reparación tras repa-
ración, pago de intereses tras pago de intereses. El portero sentía que se convertía en
el autor de su vida, y, aunque ocupaba los últimos peldaños de la escala social, ese
relato le proporcionaba una sensación de respeto por su propia persona. [...]
Tras graduarse en ingeniería eléctrica en una universidad local, Rico fue a una escuela
de empresariales en Nueva York. Allí se casó con una compañera, una joven protestante