Editorial UOC 129 Capítulo I. Trabajar en la sociedad...
dad, relativamente estable, socialmente bien valorado y humanamente autorrea-
lizador, profesionalmente atractivo y excelentemente remunerado. Todo ello,
obviamente, a cambio de las consabidas contrapartidas supuestamente exigibles al
núcleo duro de la organización, entre las que sobresalen, por supuesto, altas dosis
de hiperflexibilidad funcional, metamotivación, resiliencia (alta capacidad de re-
sistencia a la presión) y, sobre todo, adaptabilidad, mucha adaptabilidad.
Esta elite de la población empleada, entronizada retóricamente como el prin-
cipal capital de la empresa, es objeto de compraventa, de acuerdo con las leyes
del mercado, como cualquier otro recurso:
“La flexibilidad del nuevo sistema tecnológico permite que esa nueva economía se-
leccione sus componentes en todo el mundo, en una geometría constantemente va-
riable de búsqueda del valor. Ello implica dejar de lado territorios y poblaciones sin
valor económico o devaluados. Es decir, la economía mundial, al mismo tiempo, está
extraordinariamente dispuesta a incluir lo que se considera valioso en las redes de re-
laciones empresariales y es enormemente excluyente para lo que no tiene ningún o
casi ningún interés en un lugar y un momento dados.”
M. Castells (2000). “Tecnología de la información y Capitalismo global” (pág. 81-111).
En: W. Hutton; A. Giddens (eds.). En el límite. La vida en el capitalismo global. Barcelona:
Tusquets.
Las probabilidades de que una persona, en tanto que mercancía laboral, en-
cuentre un empleo y las de que éste sea además de calidad dependen de varias
condiciones necesarias, que deben darse en una coyuntura dada. Las concer-
nientes a sus características individuales dependen, obviamente, de su educa-
ción, así como del grado de adecuación de su perfil a los cánones de lo que (en
el argot europeo) se viene denominando empleabilidad. Entre los rasgos más so-
bresalientes de la persona empleable en general, y en un buen puesto en parti-
cular, figuran los que destacamos en la tabla siguiente (Ver Blanch, 1990).
Tabla 4. Facilitadores de la empleabilidad
Dimensiones Variables
Socioeconómica Estructura y tendencias del entorno macroeconómico
Coyuntura del mercado laboral
Tasas contextuales de actividad, empleo y desempleo
Política sociolaboral
Grado de implementación y ritmo de innovación tecnológica