Editorial UOC 128 Teoría de las relaciones laborales...
terio fundamental para diferenciar estos dos tipos de trabajador no puede ser
otro que la educación:
“Quien posee educación, en el entorno organizativo apropiado, puede reprogramarse
hacia las tareas en cambio constante del proceso de producción. Por el contrario, el
trabajador genérico es asignado a una tarea determinada, sin capacidad de reprogra-
mación, que no presupone la incorporación de información y conocimiento más allá
de la capacidad de recibir y ejecutar señales. Estos «terminales humanos» pueden, por
supuesto, ser reemplazados por máquinas o por cualquier otra persona de la región,
el país o el mundo, según las decisiones empresariales. Aunque son colectivamente
indispensables para el proceso de producción, los trabajadores genéricos son prescin-
dibles individualmente, ya que el valor añadido por cada uno de ellos representa una
pequeña fracción del generado por y para la organización. Las máquinas y el trabaja-
dor genérico de diversos orígenes y locaIizaciones cohabitan en los mismos circuitos
subordinados del sistema de producción”.
M. Castells (1998-2001). La era de la información (vol 3, pág. 411). Madrid: Alianza.
Según los datos que aporta Carnoy (2000), la brecha entre el salario del tercio
superior del personal empleado (los ‘superempleados’) y el del tercio inferior (el
de los ‘plenamente subempleados’) ha aumentado en los últimos lustros en Es-
tados Unidos: los empleados ricos tienden a ser cada vez más ricos, mientras que
los más pobres tienden a serlo un poco menos pero se encuentran en un escalón
salarial cada vez más alejado del de la elite. Estas dos categorías extremas son las
que crecen cuantitativamente en volumen demográfico, mientras que el sector
intermedio se mantiene y pierde algo de su peso relativo dentro del conjunto.
En algunos estudios se alude a esta estructura sociolaboral desigualitaria en
términos de un sistema de tres tercios, que incluye lo que aquí denominamos el
superempleo, el subempleo y el desempleo.
2.2.2. La cara: el superempleo, guinda del nuevo pastel
organizacional
Al empleo de primera categoría, a la yema del huevo organizacional, pertenecen
los trabajadores prósperos (affluent workers), los recursos humanos centrales, los em-
pleados que Castells denomina reprogramables, imprescindibles e insustituibles, que
son desarrollados y mimados por la organización, que gozan de un empleo de cali-