Editorial UOC 106 Teoría de las relaciones laborales...
La meta del nuevo orden global neoliberal es, pues, el crecimiento de la eco-
nomía. A este superobjetivo orienta toda su estrategia: eliminación de obstáculos
político-legales (reducción de cargas fiscales, de costes salariales y de despido) y
facilitación de todo aquello que agiliza la dinámica económica (desregulación,
flexibilización, liberalización, etc.). Se supone que el crecimiento se traduce de
manera casi automática en empleo y que la desregulación laboral funciona
como mecanismo generador de nuevos contratos laborales.
Sin embargo, este modelo entra en colisión con dos obstáculos principales:
a) La cada vez más cuestionada (por los datos empíricos) asociación automá-
tica crecimiento-empleo (que, sin embargo, parecía lo más natural en los dora-
dos años cincuenta y sesenta). Hoy se discute en los más diversos foros cuál
debería ser la tasa de crecimiento de la economía planetaria para absorber el des-
empleo global.
b) La sostenibilidad ecológica y demográfica de un tipo de crecimiento que
ha caracterizado una determinada fase del desarrollo económico de los países
industriales avanzados (que abarcan, en total, algo menos de la sexta parte de la
población mundial).
En suma, lo que funcionó en una época (marcada por un conjunto de cir-
cunstancias específicas) no tiene por qué funcionar en la actual, del mismo
modo que lo que sirvió para el desarrollo económico dentro de unos estados-
nación no tiene por qué servir en el nuevo orden global.
Este modelo se ha basado además en el despilfarro de recursos naturales y en
la degradación sistemática del medio ambiente. Con él, los países privilegiados
que lo han adoptado han llegado a poner en grave riesgo el equilibrio ecológico
del planeta. Lo que ha resultado eficaz para unos pocos cientos de millones de
aprovechados y desaprensivos no parece sostenible si se aplica a los miles de mi-
llones de pobladores del planeta. En otros términos, un crecimiento ilimitado
dentro de un medio limitado no resulta sostenible económica ni ecológicamen-
te, ni sustentable teórica ni prácticamente.
Este hecho induce a poner en cuestión la meta económica neoliberal del cre-
cimiento a toda costa, así como el mito económico fundamental sobre el que se
sustenta la tradicional lógica socialdemócrata del (pleno) empleísmo.