Editorial UOC 104 Teoría de las relaciones laborales...
b) Por su parte, Xavier Sala nos presenta un neoliberalismo con rostro hu-
mano:
“Hay diferencias o desigualdades de renta y de riqueza. Estas diferencias son la con-
secuencia de la actividad económica normal. [...]
Hay dos tipos de desigualdades. La primera no sólo es buena, sino que es socialmente
justa: si una persona gana poco dinero porque se pasa el día ganduleando, viendo la
televisión y porque nunca se ha esforzado en estudiar y cualificarse, pues ya está bien
que gane menos que aquella persona que ha hecho un esfuerzo por estudiar y que
trabaja todo el día. [...]
El segundo tipo de desigualdad de renta es mala y socialmente injusta. Por ejemplo,
hay personas que ganan poco no porque no quieran trabajar, sino porque la pobreza
de sus padres impidió que fuesen a la escuela y ahora tienen muy poca formación (y,
por tanto, están poco cualificados y cobran unos salarios muy bajos) o porque han
tenido una enfermedad o un accidente que les impide trabajar en condiciones nor-
maIes. Esta situación es socialmente injusta y es deseable que la sociedad intervenga
para crear mecanismos que ayuden a estas personas desprotegidas a disfrutar de la
oportunidad de ganarse la vida dignamente. [...]
Lo que sí sabemos es que las diferencias que generaban los otros sistemas seguramente
eran más injustas, y lo eran por dos razones. La primera es que en el sistema feudal las
desigualdades se transmitían de generación en generación automáticamente. El hijo de
la duquessa se convertía en duque y, con este título, heredaba la posibilidad de ganar
dinero. El hijo del siervo nacía siervo y moría siervo. Dado que el linaje no se perdía y
la renta estaba determinada por la posición social, las diferencias de renta se perpetua-
ban. En aquel mundo era imposible que un siervo pudiera acumular riqueza.
Esto no sucede en Ia moderna economía de mercado. Es cierto que el hijo de familia
rica a menudo tiene más oportunidades de ser rico que el hijo de familia pobre, pero
la verdad es que los hijos de familia pobre pueden hacerse ricos y los hijos de familia
rica arruinarse con mucha facilidad.”
X. Sala i Martín (2001). Economia liberal per a no economistes i no liberals (págs. 45-47).
Barcelona: Pòrtic.
En contraste con la perspectiva neoliberal, las orientaciones neosocialdemó-
cratas tienden a mostrarse más sensibles a la suerte de las personas perdedoras,
fracasadas, vencidas que amplían el caudal de la neopobreza. Estas corrientes,
cuando están en disposición de orientar las decisiones de los poderes públicos,
proponen la consolidación de dispositivos de protección en forma de lo que en
Francia suele denominarse suplemento social, en forma de salario ciudadano. En