
DURANTE EL VIAJE
25
EL ARTE DE VIAJAR CON NIÑOS
siempre ponen hielo, aunque se pida lo contrario). Si
al viajero le preocupa la higiene de los vasos, puede
llevar los suyos. En países de riesgo alto, hay que
evitar las ensaladas y las verduras crudas, aunque
haga calor y apetezcan, así como la fruta ya pelada o
con piel; todo puede haberse lavado con agua.
Comida que hay que evitar
En la mayoría de los países de Europa y
Norteamérica, la comida no supone un peligro. Solo
hay que acostumbrarse a la dieta local. Por suerte
para los niños, casi en cualquier lugar sirven patatas
fritas. La situación se complica un poco en países
muy cálidos o con una higiene deficiente.
En estos destinos, la carne bien cocinada no
representa un peligro (la carne más limpia es la de
cordero, la que menos la de cerdo). Por otro lado,
hay que evitar la carne fría o cruda. Solo se debe
comer pescado si es habitual en la región, y solo
cocinado. Es mejor evitar los moluscos. Se pueden
comer tranquilamente langostinos a la parrilla,
pero no crustáceos fríos. También hay que evitar
platos que contengan huevo crudo o poco hecho.
En cuanto a la leche, los niños solo deberían beberla
hervida; hay que evitar los quesos frescos y los
yogures de granja. Por último, hay que ir preparado
para decir que no cuando los niños piden polos
y helados. Como norma general, hay que seguir
las sugerencias de la guía, que suele indicar qué se
puede comer en cada lugar. Sería una pena perderse
uno de los mejores helados del mundo al visitar
Mumbai; se sirve en una heladería delante de la
playa de Chowpatty donde se puede comer con
total seguridad.
Amamantamiento, biberones y papillas
Al viajar con un bebé, dar el pecho resulta ideal en
términos de confort e higiene. Durante los primeros
días, se le puede alimentar más a menudo de lo
habitual para que se sienta reconfortado. Pero todo
vuelve pronto a la normalidad cuando se habitúa al
ritmo del viaje. Como norma general, hay que ser
discreto; en algunos países resulta insólito dar el
pecho en público. Hay que llevar ropa que permita
amamantar sin que se vea, como blusas anchas o
un gran pañuelo que lo cubra todo (como el pareo
utilizado para llevar al bebé).
Si la madre no da el pecho, debe llevar varios
biberones de repuesto, ya que las tapas y las tetinas
se pierden fácilmente. Se recomienda usarlos de
plástico; son más ligeros y manejables y más fáciles
de lavar. Hay que calcular las cajas de leche en polvo
necesarias. Si se viaja a un país muy húmedo o muy
caluroso, se puede llevar la leche en polvo en un
recipiente hermético. Una buena idea es preparar
una bolsa con lo necesario para la comida diaria:
el biberón, una esponja, un pequeño frasco con
lavavajillas y suficiente leche en polvo para un día
(la leche también se vende en raciones individuales).
Evítense las botellas de leche ya preparada, ya que
puede que la tapa no esté bien cerrada; además, no
hay que llevar una botella abierta en un país cálido
(una botella de leche abierta dura cinco días, pero
solo en la nevera).
Si aprieta el calor, es importante que el bebé beba
regularmente agua además de leche (unos 150 ml/
kg al día). Si el nivel de higiene es deficiente o si el
bebé está enfermo, hay que cambiar o desinfectar el
biberón con frecuencia. Los gérmenes se propagan
rápidamente con el calor, ya sea en Australia, en
Italia o en Tailandia. Los biberones y las tetinas se
pueden esterilizar sumergiéndolos cinco minutos
en agua hirviendo, o en agua fría con tabletas. Si
el bebé tiene más de seis meses, el viaje no es el
mejor momento para introducir comida nueva
en su dieta, pues supondría demasiados cambios
repentinamente. Se recomienda empezar a
experimentar antes o esperar a la vuelta. En muchos
países se pueden encontrar tarros de comida para
bebés en los supermercados de grandes ciudades,
aunque muchas veces son caros y voluminosos.
Cualquier restaurante debería poder preparar un
plato de verduras, sopa o papilla de fruta para los
más pequeños. A partir de 1 año, se puede pedir
leche o chocolate caliente y ponerlo en el biberón,
siempre que la leche sea hervida o pasteurizada. Si
se llevan tarritos de verduras, se recomiendan las
que se pueden comer frías (las zanahorias resultan
ideales por su consistencia). Si el niño es demasiado
pequeño para adaptarse a cualquier tipo de galletas,
hay que llevar las que come habitualmente. Los
cereales en polvo suponen un buen suplemento
al biberón; además, permiten preparar papillas
si se acaban los tarritos. Hay que llevarlos en un
viajar-con-ninyos.indb 25 17/5/17 11:59