Este volumen parte de la idea, creemos ya poco discutible, de que la ubicuidad de las tecnologías digitales y los medios de comunicación en nuestra vida diaria nos obliga a pensar de una forma más creativa sobre las relaciones e interacciones entre comunicación y aprendizaje. La tradicional reflexión sobre la educación en relación con los medios de comunicación, se está viendo ampliada por la evidencia de que Internet, por supuesto, pero también los videojuegos, la múltitud de cámaras digitales, integradas o no en teléfonos móviles, o los propios smartphones se han convertido en herramientas esenciales que usan jóvenes y no tan jóvenes para comunicarse, consumir o crear conocimiento. Las actividades mediadas por dispositivos digitales afectan de manera significativa al desarrollo de nuestras competencias sociales, culturales y educativas, es decir, la forma en que nos comunicamos, trabajamos, estudiamos o resolvemos problemas.
En este contexto, nos parece más que necesario explorar el modo en que los modelos educativos o el día a día de los educadores se ven afectados por los diferentes impactos que conllevan la digitalización, la ubicudidad de las redes sociales online y la llamada web 2.0. Para ello, se ha congregado en estas páginas una representación de la cada vez mayor comunidad de investigadores, profesores y profesionales interesados en temas como las relaciones e interacciones entre comunicación y aprendizaje y entretenimiento y aprendizaje, los nuevos usos sociales de las tecnologías audiovisuales, la cultura participativa y el aprendizaje en la era digital, o el aprendizaje en redes sociales y en comunidades virtuales.
El libro consta de dos partes, cada una de ellas con una identidad claramente marcada. La primera, que recibe el título general de Debates, reúne una serie de textos de carácter teórico y exploratorio que, en su conjunto, no solo reflexionan sobre la necesidad de repensar la educomunicación, que es, de hecho, la idea que impulsa este libro, sino que ofrecen diagnósticos y propuestas concretas. En el primer capítulo, Homo socialis: aprender y compartir conocimiento en la sociedad red de Sandra Sanz y Amalia Creus, se pone énfasis en que la tendencia a aprender colaborativamente es algo que acompaña la historia de la propia humanidad. Lo característico de nuestra contemporaneidad sería, por tanto, que compartir parecería más fácil y tendría un radio de acción más amplio. Las autoras detectan en Internet, y en las redes sociales en particular, señales esperanzadoras de que podríamos estar recuperando aptitudes que están impresas en la naturaleza humana: la disposición a cooperar, a trabajar y aprender colaborativamente.
En su capítulo Cambio de paradigma en la educación mediática. Cuatro razones y una conclusión, Joan Ferrés Prats apunta que la educación mediática no puede de ningún modo hacerse al margen de no una, sino dos revoluciones. La propuesta de Ferrés ofrece una guía para presentes y futuros investigadores y profesionales de la educomunicación a partir de la certeza de que, del mismo modo que la revolución tecnológica ha invalidado cualquier propuesta de educación mediática que no tenga en cuenta el nuevo entorno y las nuevas prácticas comunicativas, la revolución neurobiológica invalida cualquier propuesta que no tenga en cuenta el papel que juega la emoción y el inconsciente en la interacción con las pantallas.
En el tercer capítulo, Daniel Aranda y Silvia Martínez definen y defienden la ludoliteracy, constantando la necesidad de incorporar el juego digital y los aspectos lúdicos digitales como un contenido de pleno derecho en la alfabetización mediática, en un momento en que se va estableciendo un notable corpus de literatura científica sobre las potencialidades de los videojuegos para distintos aprendizajes, y en un contexto mediático en el que se advierte que la industria tiene la necesidad de ofrecer a la sociedad una mayor información sobre sus productos, mientras que los usuarios reclaman contenidos informativos específicos de calidad y los medios de comunicación comienzan a incluir el tema entre sus contenidos para así dar respuesta a esa demanda creciente y beneficiarse del incremento experimentado en el sector.
El cuarto capítulo, Pedagogía de pares, Paola Ricaurte Quijano, en representación del Peeragogy Team, recoge la experiencia del proyecto iniciado por Howard Rheingold en la plataforma Social Media Classroom, su fundamento pedagógico, sus características y su materialización a través del Manual de pedagogía de pares (The Peeragogy Handbook). La idea del proyecto es sencilla: ¿Qué necesita un grupo de aprendientes para auto-organizarse y aprender sobre cualquier tópico, desarrollar una habilidad o alcanzar una meta juntos? ¿Cómo pueden escoger los mejores recursos, estrategias y medios para ponerse de acuerdo y alcanzar los objetivos de aprendizaje que se proponen? Insistimos, la idea es sencilla, pero los editores de este volumen creemos que sus implicaciones están destinadas a revolucionar ciertas ideas sobre las dinámicas de aprendizaje en los entornos digitales contemporáneos.
El capítulo de Roberto Aparici defiende precisamente, que, al margen de la elevadísima velocidad de implementación de las evoluciones técnicas, es necesario pensar de forma más pausada en nuevos modelos pedagógicos a partir de las prácticas interactivas basadas en la dialogicidad. En este sentido, la aplicación de los principios de la cultura digital en la educomunicación supondría la incorporación de nuevos paradigmas, conceptos y metodologías que implicarían pensar en otra concepción de lo que se entiende por alfabetización, ya que la actual solo responde al modelo de la sociedad industrial para el que fue creado.
El capítulo de Ángel Barbas Volver a pensar la educomunicación propone revisar los principios que inspiraron la Educomunicación en los años 60 y 70 del siglo pasado, y valorar la posibilidad de replantear y enriquecer su filosofía y su praxis en el contexto de la sociedad actual. A partir del análisis del Movimiento 15-M desde la perspectiva de la Educomunicación, el autor decribe como en el movimiento se produjo la construcción de espacios de investigación socioeducativa y de aprendizaje colaborativo, así como el desarrollo de mecanismos de apropiación tecnosocial. Para el autor, una mirada educomunicativa hacia el Movimiento 15-M podría servirnos para hacer una profunda reflexión y autocrítica, pues los principios y planteamientos de la Educomunicación siguen siendo ignorados por las políticas educativas y por la mayoría de los procesos de enseñanza que se desarrollan dentro del sistema formal.
En el capítulo que cierra la primera parte del libro, Sara Osuna Acedo nos ofrece una reflexión sobre la web 2.0 y la educación a lo largo de la vida, insistiendo en una idea que planea por toda la primera parte del libro: el valor indiscutible e incalculable de las comunidades virtuales de aprendizaje.
La segunda parte de este volumen presenta investigaciones, propuestas de innovación y estudios de caso relacionados con diferentes aspectos de la educomunicación digital. El lector puede encontrar desde estudios más generales que pretenden ofrecer información sobre el consumo y uso de tecnologías digitales en el hogar y la escuela por parte de los jóvenes (en el capítulo de Daniel Aranda y Jordi Sánchez-Navarro), sobre la dimensión relacional y el desarrollo de habilidades sociales en un contexto educomunicativo de empoderamiento (José Antonio Gabelas, Carmen Marta, Elisa Hergueta), hasta estudios sobre la formación mediática del profesorado (Alfonso Gutiérrez, Armin Hottman y Felix Hawkan), pasando por investigaciones sobre el uso de herramientas concretas para la innovación en educación, como medios sociales y MOOC (Esperanza Román Mendoza), redes sociales (Lourdes Montero y Adriana Gewerc), video-wiki (Joaquín Paredes Labra), video social (Adriana Ornellas) o radio online (Aquilina Fueyo Gutiérrez y Alejandro Sánchez). Por otra parte, la educación mediática digital aplicada a otras vertientes más sociales se encuentra representada en los capítulos de Mar Beyneto-Seoane, Jordi Collet-Sabé, Meritxell Cortada-Pujol e Irene Sánchez-Garrote sobre escuelas, familias y TIC y en el capítulo sobre la educación mediática como herramienta de integración social en contextos migratorios de Amparo Huertas Bailén y Yolanda Martínez.
En conjunto las dos partes de este volumen se plantean como una aportación desde enfoques académicos y profesionales diversos al debate y el estudio sobre el reto permanente que para la educación representa la aceleración de las herramientas digitales para la comunicación. Un reto al que la comunidad educativa, entendida en su sentido más amplio, no puede permanecer ajena.
LOS EDITORES